Desde que en agosto se aprobó el anteproyecto, todo lo que ha rodeado a la Ley de Bienestar Animal ha sido polémico: la esterilización de los perros, el curso de socialización, la situación de los gatos ferales, la tenencia de animales exóticos y, sobre todo, lo relativo a los perros de caza. Todos debates entre sectores implicados, veterinarios, científicos expertos y políticos que pondrán punto y final a las discusiones esta semana, con la aprobación (o no) de la ley.
Durante la sesión plenaria de este jueves (9 de febrero) está prevista la votación de la ley que, a día de hoy, continúa en el aire y la rodea una incertidumbre impropia de una ley que nació de un acuerdo en el Consejo de Ministros. De hecho, de no aprobarse, sería la primera vez que esto ocurre.
Pero, ¿qué ha ocurrido desde el pasado mes de agosto para llegar hasta aquí? Repasamos los puntos claves que han llevado a la Ley de Bienestar Animal con más expectativas de la historia de la protección de los animales a estar en la cuerda floja.
La exclusión de los perros de caza
Entre todas las polémicas que han rodeado a la Ley de Bienestar Animal, el más sonado ha sido, sin duda, la exclusión de los perros de caza de la misma, una decisión unilateral del PSOE que llevó a cabo el pasado mes de septiembre a raíz de una enmienda.
¿Por qué tras alcanzar un acuerdo el partido socialista cambió de idea? Fueron las presiones por parte del sector cinegético las que empujaron a los socialistas a modificar el proyecto de ley y, de esta forma, excluir a los perros de trabajo, es decir, a los perros de caza que, por otra parte, según las cifras facilitadas por le Fundación Affinity, son los perros que más protección necesitan, siendo la primera causa de abandono canino el fin de la temporada de caza.
Desde el anuncio de esta enmienda las protestas por parte de los animalistas no han cesado: empezaron con manifestaciones por toda España, continuaron con un autobús protesta (protagonizado por la imagen de Pedro Sánchez y el dibujo de un galgo ahorcado), siguieron con protestas por redes sociales también y, este fin de semana concluían con un último llamamiento al Gobierno con la manifestación contra la caza organizada por la plataforma No a la caza (NAC).
Por su parte, los partidos que llevaron la ley al Gobierno, Podemos y PSOE, han intentado llegar a acuerdos desde septiembre, sin éxito, motivo por el cual podría no salir adelante esta iniciativa, ya que el partido morado podría negarse a votar a favor de la ley si no se incluyen en la misma a los perros de caza.
La reforma de las penas por maltrato animal del Código Penal
En paralelo, esta semana también está prevista la aprobación de la reforma del Código Penal en lo relativo a las condenas y multas por maltrato animal, que viene a raíz de que a primeros del año pasado los animales domésticos pasasen a ser considerados legalmente "seres sintientes".
De esta forma, era necesario modificar algunos aspectos, el más importante las condenas por maltrato animal que, hasta ahora, el sector animalista tildaba de "insuficientes".
Si se actualizase el Código Penal, las penas contra los ciudadanos que maltraten o causen la muerte a algún animal aumentarían: pasaríamos de los 12 meses de prisión a los 18, sin agravantes; y de los 18 meses a los 36 de cárcel, con agravantes.
No obstante, algunos grupos de juristas y abogados han destacado que, en otros aspectos, como la sustitución de las penas de cárcel por multas, supondría un retroceso en protección animal. Por ahora tendremos que esperar para ver si se termina por aprobar la reforma tal y como está.
¿Qué pasa si no se aprueba la Ley de bienestar animal?
Si el próximo jueves sale una mayoría de noes a la Ley de Bienestar Animal, España se quedaría sin una ley estatal que protege a los animales frente al maltrato, volviendo a ser la única referencia en este ámbito las leyes autonómicas de cada comunidad (diferentes entre sí), y suponiendo uno de los grandes fracasos de la legislatura de coalición entre PSOE y Podemos (teniendo en cuenta que fue una propuesta conjunta).
adelante una propuesta conjunta (aunque la impulsó el ministerio de Belarra)
Nuestro país habrá perdido la oportunidad de acercarse más a la línea legislativa europea, que aboga por la protección de los animales y su bienestar y, además, sería la primera vez que una ley finalmente fracasa tras ser previamente aprobada en el Consejo de Ministros.
El otro escenario que se contempla es que la ley salga adelante con la exclusión de los perros de caza, lo que supondría que, tendríamos una ley a nivel estatal, pero que dejaría desprotegidos a los animales que ocupan la primera causa de abandono de perros en España.
Aunque esta posibilidad dejaría indefensos a los perros de caza, sí es cierto que al menos abriría la puerta a que se pudiera modificar en un futuro, incluyendo a los perros de trabajo en la misma. Todo dependerá de las votaciones de PSOE y Podemos y de si llegan o no a un acuerdo.