El Consejo General de Colegios Veterinarios de España (COLVET) ha pedido este lunes a los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, a través de una carta, que frenen la tramitación de urgencia de la Ley de protección, bienestar y derechos de los animales que tiene prevista la aprobación de sus enmiendas esta semana.
Reivindican que "de manera casi definitiva se lleva al Parlamento sin llegar al consenso imprescindible para una norma de esa relevancia" ya que no se ha tenido en cuenta la gran mayoría de las alegaciones presentadas por los veterinarios, "que nacen del conocimiento de la realidad del sector y de la ciencia".
Así lo ha expresado el presidente del Consejo general, Luis Alberto Calvo, quién no duda de la necesidad de una Ley de protección animal estatal, pero lamenta que "esta no es la que necesitamos". "Es una ley que, con sinceridad, creemos absolutamente necesaria desde la perspectiva veterinaria", asegura. "Pero esta que va a llegar al parlamento no es la ley que necesitamos y queremos explicarles nuevamente por qué".
"Hemos visto como la norma se forjaba y crecía de espaldas a muchos sectores de la población cercanos a los animales, sobre todo en el mundo rural. Esos sectores son fundamentales para que cualquier ley se pueda llegar a cumplir, se efectiva y de verdad consiga lo que pretende, proteger a nuestros compañeros de vida", expresa el presidente en la carta.
La ley no ha escuchado a los veterinarios
En el caso concreto de los veterinarios, el portavoz lamenta que no se les haya tenido en cuenta y pone algunos ejemplos, como las alegaciones que interpusieron relacionadas con las definiciones de términos clave como "veterinario municipal" o "perito forense veterinario". "Van a chocar directamente con otras definiciones ya existentes en leyes actualmente en vigor", asegura Calvo.
"Los veterinarios no estamos presentes en esta ley, ni en los organismo de gestión que crea. Ni siquiera cuando se nombran los términos científico y técnico, aun cuando somos las personas profesionales imprescindibles con formación científico/técnica en todo cuanto tiene que ver con bienestar animal y, por tanto, con su protección", añade.
Calvo apunta también a la figura del profesional del comportamiento, que según él engloba en una misma denominación a "personas con formaciones muy dispares y obviando la figura del veterinario especialista en comportamiento o veterinario/etólogo".
"Nos duele especialmente la gestión que la ley hace de la eutanasia", añade el presidente de COLVET. "La imposibilidad de decidir, por parte del propietario o del profesional veterinario, la aplicación de una muerte digna para nuestros compañeros animales en los casos en los que existe tratamiento de sus patologías o medidas paliativas pero no se puede acceder a ellas por motivos económicos, nos deja con las manos atadas".
En este sentido, Calvo recuerda que la sociedad está avanzando hacia la elección de una muerte digna en personas y considera que no deberíamos aplicar un criterio diferente para los animales con los que convivimos. "Estas situaciones pueden abocar a la supervivencia de los animales en circunstancias cercanas al maltrato", insiste.
El último ejemplo que explica el presidente del consejo alude a la financiación, la cual considera que no es acorde a las necesidades de su aplicación. "Si de verdad queremos una normativa útil y que convierta el bienestar animal en un eje de la sociedad, es imprescindible profesionalizar el sector", afirma. "Y esto tiene un coste".
Colvet presentó más de 60 alegaciones
El Consejo General de Colegios Veterinarios de España es la organización que ostenta la representación exclusiva de la profesión veterinaria, la ordenación, en el ámbito de su competencia, de la actividad profesional de los colegiados y la defensa de sus intereses profesionales, tal y como se describe en la página del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Este consejo veterinario ha presentado más de 60 alegaciones en las que han hablado de estos ejemplos y muchos otros aspectos que consideran que deben ser modificados antes de aprobarse la ley de protección animal.
"Los veterinarios sabemos muy bien de que estamos hablando, vivimos todos los días la realidad de la convivencia de las personas con los animales de compañía y, por desgracia, también vemos como las leyes se quedan en las buenas intenciones por ser difícilmente aplicables o imposibles de controlar" explica Calvo. "Les pedimos una última y profunda reflexión que les lleve a frenar una tramitación de urgencia que solo puede llevar a errores que nadie desea".