Existe un mito muy extendido que afirma que los perros de raza no sufren abandono o maltrato, en otras palabras, que si queremos tener un border collie, un golden retriever o un caniche, la adopción no es una opción. Sin embargo, esto no es del todo cierto, hay perros de razas en los refugios y protectoras de animales.
No podemos decir que podemos encontrar con la misma facilidad un labrador en adopción que un perro mestizo, pero no porque la gente que adquiere perros de raza no los abandonen, sino porque, en general, en España hay más perros mestizos que de razas concretas (como el bichón maltés, el caniche, el pastor alemán...).
Un estudio publicado en la revista Especies Pro y realizado por Veterinary Management Studies (VMS), empresa española especializada en estudios económicos cuantitativos sobre las clínicas veterinarias, publicó en 2021 un estudio demográfico sobre las razas de perros y gatos más emergentes en nuestro país, destacando datos como que un 32,4 por ciento de los perros que conviven con nosotros son de raza mestiza.
A pesar de haber una mayoría de perros de raza en nuestra familias (un 67,6 por ciento), cada raza concreta representa un porcentaje mucho menor. Por ejemplo, en el estudio de VMS destacan que la raza más abundante en los hogares españoles es el yorkshire (9,6 por ciento), seguido del labrador retriever (4,1 por ciento) y del chihuahua (3,7 por ciento).
Por eso, si buscamos adoptar un yorkshire, tendremos que encontrar casos de abandono dentro de ese 9,6 por ciento, frente al 32,4 por ciento que suponen los perros mestizos. En resumen, es más difícil encontrar un perro de raza que un mestizo, pero no imposible.
Galgos, podencos y PPP
De hecho, hay algunas razas de perros que podemos encontrar con frecuencia en refugios y protectoras de animales: las razas procedentes de la caza, como los galgos o los podencos, y algunas razas de perros consideradas potencialmente peligrosas (PPP), como los pitt bull terrier, los staffordshire bull terrier o los american stafford terrier.
Que haya muchos galgos y podencos abandonados se explica con los datos del estudio sobre el abandono, pérdida y adopción de animales de compañía que realiza la Fundación Affinity cada año: la primera causa de abandono de perros en nuestro país es el fin de la temporada de caza.
En cuanto a la presencia de perros PPP en los centros de protección animal, se debe, según diferentes protectoras consultadas, a que la gente todavía piensa que se trata de perros peligrosos (a pesar de no ser así) y a que su tenencia va ligada a una gestión extra de papeleos y permisos necesarios para convivir con estas razas.
Entre las obligaciones extra para los dueños de razas PPP se encuentran: la contratación de un seguro (que pasará a extenderse a todos los perros una vez entre en vigor la nueva Ley de Bienestar Animal), el uso de bozal en espacios públicos o el uso único de correas de un metro cuando salen a pasear.
Adoptando un perro de raza
Como podemos comprobar, existen perros de raza que son abandonados y, en ocasiones, también maltratados. No obstante, no ocurre con la misma frecuencia en todas las razas. Mientras que podemos encontrar galgos, podencos y PPP con facilidad en un refugio de animales o si nos ponemos en contacto con una protectora, nos será más difícil encontrar un labrador, border collie o husky, pero no es una tarea imposible.
De hecho, algunas razas lo pasan realmente mal en los cheniles en los que en muchas ocasiones se encuentran al vivir en un refugio de animales. Ya sea por su carácter o por su genética, un border collie o un malinois, por ejemplo, pueden generar muchísimos problemas de conducta si pasan la mayor parte del tiempo sin realizar una tarea física o mental.
Es por este motivo que cada vez se ven más asociaciones de protección animal especializadas en razas concretas que se hacen cargo de ellos. Algunos ejemplos de esto son Borders sin fronteras, SOS Malinois, SOS Golden, Agranda o Nórdicos en adopción.
Cada una de estas asociaciones está dedicada a una raza concreta (y sus mestizos), siendo capaz de ofrecer información sobre la raza, cuidados y necesidades específicas de cada raza a los posibles adoptantes, fomentando así una tenencia responsable.