Saben bailar, memorizan hasta 60 palabras en varios idiomas y se recuerdan a sí mismos a corto plazo: así de inteligentes son los loros

Los loros son mucho más inteligentes de lo que parecen. En un ambiente con los estímulos adecuados son capaces de aprender muchísimo y resolver puzles que incluso muchos mamíferos no serían capaces de descifrar. Tienen una gran capacidad de imitación, aprenden el sonido del timbre, los ladridos de un perro y nuestras propias palabras. Pero, su inteligencia no se detiene ahí, ¿sabes cómo de listos pueden llegar a ser?

Los estudios de psitácidas son relativamente nuevos. Ha sido en los últimos años cuando los científicos se han puesto a investigar sobre sus capacidades y sus sentidos, haciendo grandes descubrimientos. Ejemplo de ello son los estudios publicados recientemente en los que se ha demostrado que son capaces de memorizar hasta 60 palabras en distintos idiomas y que tienen un recuerdo de sí mismos y de lo que hacen por aproximadamente 15 segundos.

Además, son uno de los pocos animales capaces de descifrar los ritmos y seguirlos realizando coreografías al mismo tempo que la música. ¿Acaso no recordáis a Snowball? Fue una cacatúa que se convirtió en un fenómeno en internet por bailar al ritmo de los Backstreet Boys que llamó la atención de un grupo de investigadores que terminó haciendo un estudio sobre su capacidad para seguir los ritmos.

Sin duda, los loros son animales fascinantes de los que todavía nos queda mucho por aprender pero, por ahora vamos a ver hasta donde llega nuestro conocimiento sobre ellos.

La capacidad de imitación de los loros

Podríamos decir que una de las características por la que los loros son populares es su capacidad de imitar sonidos e incluso  nuestras propias voces. Según vamos avanzando en investigación sobre ellos, vamos descubriendo lo increíbles que son sus capacidades mímicas.

Uno de los estudios más recientes sugiere que estos animales son capaces de aprender hasta 60 palabras y que, además, pueden hacerlo en idiomas diferentes, especialmente cuando hablamos de los yacos, también conocidos como loros grises africanos, que tienen la reputación de ser los mejores aprendiendo sonidos.

La investigación, llevada a cabo por el departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Colorado en Estados Unidos y el departamento de Biología de la Universidad de Pittsburgh ha realizado una encuesta a casi 900 tutores de loros de 73 especies diferentes para averiguar cuáles son las mejores imitadoras.

Por detrás de los yacos, también han demostrado tener un extenso repertorio los guacamayos, las amazonas y las cacatúas, pudiendo memorizar y reproducir entre 20 y 30 palabras. Pero, ¿cómo aprenden a repetir estos sonidos?

El estudio realizado por las universidades sugiere que aprenden al igual que hacen los bebés humanos, solo que la edad no afecta a ese proceso de aprendizaje. No obstante, sí que utilizan las palabras en los contextos apropiados, lo que significa que, de alguna manera, existe un conocimiento sobre lo que están diciendo, un entendimiento.

Además, este factor de imitación y aprendizaje está también ligado a los comportamientos de baile ya que, el seguir los ritmos musicales es algo solamente visto en individuos que conviven en cautividad, porque se les motiva a ello.

Así lo afirma la psicóloga Adena Schachner en su estudio con Snowball, donde también sugiere que  "la propensión a emprender acciones sociales conjuntas es una posibilidad". "Aunque las funciones adaptativas de las vocalizaciones de los loros siguen sin comprenderse bien, parecen estar más orientadas al grupo que las exhibiciones territoriales y de cortejo", detalla.

Se recuerdan así mismos a corto plazo

Pero las capacidades de los loros no se quedan en la imitación, también es una cuestión de memoria y no solo de palabras o sonidos, sino de acciones. Una investigación realizada por el Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica en colaboración con el parque zoológico Loro Parque afirma que estas aves son capaces de recordar acciones que han realizado con anterioridad, eso sí, a muy corto plazo (un máximo de 15 segundos).

Los loros del estudio, en este caso guacamayos de barba azul, fueron entrenados para entender un gesto que significa "repite lo que acabas de hacer". Partiendo de ello, se les enseñaron otras cuatro acciones, y, en el momento en el que se les pedía repetirlas, todas las aves fueron capaces de hacerlo.

"Para comprobar la fiabilidad de sus respuestas en los ensayos de repetición, doble repetición y sin repetición, se mezclaron las órdenes para evitar que el animal aprendiera qué hacer por mera repetición", explica en el artículo sobre el estudio Sara Torres, miembro del grupo de cognición comparada y principal autora.

Además, experimentaron con utilizar esa norma de repetición con acciones nuevas, obteniendo como resultado que todos los loros eran capaces de utilizar ese concepto aprendido también en situaciones nuevas. "Con esto confirmamos que la repetición no es solo un artefacto de un entrenamiento intenso, sino que los guacamayos barba azul pueden transferir la regla de repetición a una acción no entrenada".

"Esto implica que un rasgo importante de la autorrepresentación ha evolucionado en este grupo de aves y podría ser adaptativo", concluye la principal autora del estudio.

Conociendo todas estas capacidades que tienen nuestros loros, parece que ya solo les falta hablar para convertirse en unos astutos e interesantes compañeros en el hogar. ¿A qué esperas para estimular sus capacidades mentales?

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