¿Has notado algo raro en los ojos de tu perro y no sabes qué puede ser? Si sus pupilas tienen tamaños diferentes, puedes ver con normalidad su tercer párpado o notas que su ojo se hunde, es muy posible que tu peludo padezca el síndrome de Horner.
Para entender en qué consiste exactamente esta patología primero tenemos que conocer el sistema nerviosos simpático de nuestro perro, ya que nos ayudará a entender mejor por qué puede producirse este síndrome.
El sistema nervioso simpático es "la parte del sistema nervioso autónomo que regula muchas de las acciones involuntarias que permiten al organismo de tu perro responder ante los estímulos del entorno", detallan los expertos de Advance Affinity. "Estas respuestas tienen que ver con el aumento de la frecuencia cardiaca, la dilatación de las pupilas, el aumento de la presión arterial, la dilatación de los bronquios o la producción de adrenalina por las glándulas suprarrenales".
De esta manera, si se da una disfunción neurológica manifestada por la interrupción de las señales nerviosas simpáticas que van del cerebro al globo ocular, aparece el síndrome de Horner. Pero, ¿qué puede causar esto?
Causas y síntomas del síndrome de Horner
Determinar las causas que provocan el síndrome de Horner a veces es difícil pero, por lo general, puede ser cualquier cosa que afecte al recorrido de los nervios que van al ojo, como puede ser un traumatismo, lesiones de la médula espinal, otitis media, neoplasias o encefalitis, entro muchos más motivos.
Por ello, es una patología que puede aparecer en cualquier raza de perro aunque sí parece existir una mayor predisposición en los Golden Retriever.
Además de los síntomas ya mencionados (contracción de la pupila desigual, exteriorización del tercer párpado y el hundimiento del ojo), también podemos observar otros signos producidos por este síndrome como que el párpado superior se caiga, haciendo que el ojo parezca estar más cerrado; y un enrojecimiento en el globo ocular.
No obstante, podemos encontrar otros síntomas dependiendo de la causa que esté provocando el síndrome. "Por ejemplo, si se trata de una otitis media, el perro podría presentar incoordinación motora, inclinación de la cabeza, movimientos rápidos y horizontales de los ojos, etc.", advierten los expertos de Advance Affinity.
¿Qué hacer si nuestro perro sufre este síndrome?
Si nuestro padece alguno de estos síntomas, lo primero que debemos hacer es acudir al veterinario para realizar un examen oftalmológico y neurológico detallado que nos pueda aclarar si se trata o no del síndrome de Horner y, de ser esta la causa, averiguar por qué se está produciendo.
Aunque no existe un tratamiento concreto para este síndrome, el veterinario podrá proporcionarnos los medicamentos que considere para atajar la causa del mismo.
No obstante, la prevención de las causas que pueden provocar este síndrome será lo único en nuestra mano para cuidar de la salud de nuestros perros, ya sea una otitis o una lesión medular.