Viajar en avión con nuestros animales de compañía es un tema que siempre abre un eterno debate: ¿Es seguro para nuestros peludos? Son varias las organizaciones y asociaciones que desaconsejan viajar en avión con animales que deban ir en bodega, como la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad a los Animales (ASPCA) o la asociación Flytogether, a raíz de conocer muchos casos de animales extraviados, heridos e incluso fallecidos.
Los motivos que este tipo de organizaciones aportan contra el transporte en bodega de los animales se resumen en que nadie los vigila en caso de que les ocurra algo y en que las condiciones de la zona del avión en la que viajan pueden ser muy adversas, ruidosas y afectar a nuestros peludos de manera negativa.
No obstante, hablamos de términos muy diferentes si hablamos de perros pequeños o gatos, que sí pueden acompañarnos en la cabina del avión y con los cuales podríamos irnos de vacaciones a cualquier parte del mundo. Pero, ¿qué tenemos que sopesar antes de embarcarnos en semejante aventura?
Antes de plantearnos compartir las vacaciones con nuestros peludos, conviene pensar algunos aspectos importantes, como si nuestro perro o gato se encuentra sano para viajar o si su comportamiento es adecuado para mantenerlo durante un viaje en avión.
En este sentido, perros mayores o con problemas cardiacos o endocrinos podrían correr un mayor riesgo durante los viajes en avión, por lo que tendríamos que hacer una visita al veterinario antes para que sea el experto quién nos recomiende o no volar con ellos o quién nos aconseje.
El otro factor importante que debemos valorar es el comportamiento y temperamento de nuestro peludo, ya que los viajes en avión pueden ser muy estresantes para ellos, de ahí que sea primordial que sean animales capaces de tolerar situaciones nuevas y adaptarse bien a los cambios.
Si nuestro peludo cumple estas dos condiciones, tan solo nos queda hacernos una última pregunta: ¿disfrutará en el lugar de destino? No son iguales unas vacaciones relajantes en un hotel con todos los gastos pagados que unos días de excursiones, rutas y actividades que podamos compartir con nuestros perros, por lo que, dependiendo del tipo de viaje que deseamos tener, deberíamos decidir si será positivo para nuestro compañero peludo acompañarnos o quedarse bajo el cuidado de algún amigo, familiar o canguro canino.
Ocho consejos para viajar con nuestros peludos en avión
Si finalmente viajar con nuestro peludo es una buena idea y vamos a disfrutar de los días de vacaciones juntos, es recomendable seguir algunos consejos básicos para que todo vaya sobre la seda. La red mundial de canguros caninos Rover, ofrece en su guía de vacaciones 'No sin mi perro', ocho recomendaciones a seguir para viajar con nuestros peludos en avión.
- Informarnos sobre las normas de la compañía aérea. Cada compañía aérea tiene sus propias normas con respecto a volar con animales de compañía, que pueden variar en cuanto a razas y tamaño. Por ello, debemos anticiparnos todo lo posible e informarnos, antes de adquirir los billetes, de la política de viajes con animales de compañía.
- Elegir y preparar el transportín. En general, los transportines que admiten en la cabina del avión suelen ser blando y deben caber bajo el asiento delante del nuestro en el avión. No obstante, debemos asegurarnos de que nuestro peludo pueda sentarse, levantarse y girarse dentro del mismo. Además, es conveniente que coloquemos en la base una toalla para absorber cualquier líquido, en caso de que se produzca algún escape.
- No nos olvidemos de la alimentación y el agua. Especialmente en viajes largos, no podemos olvidarnos de proporcionar tanto un poco de alimento, como de agua, a nuestro peludo durante el vuelo. Podemos utilizar cinta adhesiva para poner un poco de pienso seco y, para el agua, congelar un cuenco (de manera que estará descongelado para el momento en el que estemos en el avión).
- Añadir una correcta identificación. Algo que no le debe faltar a nuestro transportín es una adecuada identificación. Desde Rover recomiendan poner una pegatina que indique que hay un animal vivo dentro del transportín y, además, añadir una chapita u otra pegatina con nuestro nombre, número de teléfono móvil y el contacto del alojamiento del destino, en caso de que el transportín se extravíe.
- Acostumbrar a nuestro peludo al transportín. Por supuesto, si pretendemos que nuestro perro o gato pase varias horas metido en el transportín, primero tendremos que asegurarnos de que se siente cómodo en él. Para ello, tendremos que utilizar el refuerzo positivo y muchos premios para hacer que se meta dentro por voluntad propia y que pase tiempo tranquilo y relajado en él.
- Los días antes del viaje. Otro consejo útil para que nuestro compañero de cuatro patas "no se entere demasiado del viaje" es intentar aumentar su actividad un par de días antes del vuelo. De esta forma, el animal querrá dormir y descansar, encontrando el momento perfecto para ello durante el vuelo.
- El día del viaje. Durante las 24 horas previas al vuelo en el avión, deberíamos procurar darle menos comida a nuestro peludo para disminuir las posibilidades de que haga sus necesidades durante el viaje. En este sentido, puede ayudar que vayamos a dar un largo paseo unas horas antes de salir de casa con destino al aeropuerto.
- La cartilla de vacunas al día y la identificación. Tanto en el aeropuerto, como en muchos hoteles, es común que nos pidan ver la cartilla veterinaria de nuestro peludo, donde deben estar todas las vacunas al día, así como pedirnos su número de identificación (es decir, debe de tener el microchip puesto a nuestro nombre). Estos papeles no nos deben faltar en nuestro viaje
Foto cabecera por U.S. Air Force / Staff Sgt. Shawn Nickel