Es importante enseñar a tu perro a hacer sus necesidades en el lugar adecuado, pero ¿puede ser bueno que un perro use un arenero o un empapador durante toda su vida?
Sí, no importa en absoluto, en realidad. No tiene mucho sentido (ahora te explico por qué), pero no es tan relevante como te imaginas. Y, tras unos lógicos momentos de sorpresa, vamos a ver cómo enseñamos a los perros a hacer pis y caca, cómo podemos enseñarle a hacerlo en casa y por qué mejor que sigan haciéndolo en la calle.
Cómo enseñar a hacer pis y caca (donde sea)
Si has tenido cachorros, quizá has usado empapadores, una bandeja de entrenamiento o papel de periódico durante los primeros meses de sus vidas. Así, te asegurabas de poder enseñarle una "zona adecuada" en casa, sobre todo, si no vives en una casa con jardín o patio.
En estos casos, lo que solemos hacer requiere de paciencia, pero es simple:
- Establecemos una rutina, sabiendo que los perros suelen realizar caca y pis después de comer, dormir y jugar.
- Tenemos presente también que, según su edad, los cachorros no tienen control de sus esfínteres y que pueden aguantar solo unas pocas horas
Estos dos puntos, se complementan con una supervisión activa, que nos permita acompañar al perro, enseñarle dónde tiene que hacer las necesidades (incluso ayudándonos de la correa, por ejemplo) y premiar ese comportamiento con refuerzo positivo, desde caricias a chucherías, así como evitar las riñas y los castigos (puedes asustar el perro, dificultar el aprendizaje, afectar al vínculo...) y limpiar con detergentes enzimáticos (por cierto, esto es clave).
De este modo, muchas familias enseñan a hacer pis y caca a los perros jóvenes en casa y, a posteriori, llevan ese aprendizaje a la calle (sea moviendo de sitio los empapadores, o dejando de premiar en casa y empezando a premiar en calle, que son dos consejos habituales que suelo dar).
Hacer pis y caca en un sitio de la casa
Permitir que el perro siga haciendo sus necesidades en casa, tiene inconvenientes obvios: olor y suciedad, principalmente.
Tampoco será lo mismo dejar un espacio para higiene a un chihuahua que a un Gran Pirineo o a un pastor alemán. Además, si nuestro perro no está esterilizado, es posible que le cueste entender por qué no puede marcar en otros espacios de la vivienda, dificultando la convivencia.
Por lo demás, un perro no es un gato. Un perro necesita pasear, estimulación mediante el olfato, la vista y el contacto social, nuevas experiencias, ejercicio en el exterior... Existen algunas razas concretas —bichón maltés, shih tzu, pomerania— que pueden tener menores necesidades de ejercicio, pero para las que seguiremos teniendo que cubrir unos mínimos de calidad a todos los niveles.
Hacer pis o caca, o la salida higiénica de última hora del día, son un extra en la lista de cosas por hacer de un perro, pero nada más. En su pirámide de Maslow, está en lo más básico de lo más básico, como comer. Así que, dependiendo del tamaño, si está o no esterilizado, carácter y aprendizajes que ha tenido ese perro, puede que haga pis y caca en una bandeja de entrenamiento o un arenero, pero seguirá teniendo que bajar a la calle a hacer el resto de cosas que le aportan bienestar en su vida canina.
Sin embargo, es posible que, en casos puntuales, y con el asesoramiento de un etólogo o un educador canino profesional, podamos enseñar a un perro adulto a hacer sus necesidades en un espacio concreto mientras solucionamos otro problema de conducta. El ejemplo que me ha venido a la cabeza es el de un mastín con miedo a la calle (no había sido socializado, y había vivido encerrado en un "garaje" todo su primer año de vida) y tenía pánico a estar fuera. En este caso, tratar de enseñarle dónde sí puede hacer pis y caca mientras buscamos una solución para el resto de los problemas (y creamos una rutina de bienestar) puede ser una buena opción.
En cambio, puede ser una buena opción si, en días puntuales, tienes que ausentarte más de 8-10 horas y tienen una herramienta en la que saben no tienen por qué esperar a salir a la calle para aliviarse. Aun así, repito, que esto debería ser algo puntual y no diario, pues son muchas horas para dejar a un perro solo todos los días.
En conclusión, claro que puedes enseñar a tu perro a hacer pis y caca en casa, pero nunca lo deberías plantear como una forma de reducir paseos, salidas, contacto o tratar de cambiar el estilo de vida que necesita tu peludo.