Que los perros lo pasan mal con el sonido de los petardos está tan comprobado como las repercusiones que los mismos tienen en personas que sufren el trastorno del espectro autista (TEA). Encuestas y diferentes estudios apuntan a que entre el 50 y el 72 por ciento de nuestros peludos se ven afectados de forma negativa por el sonido de los fuegos artificiales y petardos tan típicos de fiestas como la de la noche de San Juan, que se celebra este 23 de junio.
Los tutores de animales de compañía (entre los que también se incluyen gatos, hurones, conejos y pequeños roedores), saben bien que el uso de este tipo de pirotecnia puede llegar a ser letal para los peludos que, asustados por los ruidos, pueden llegar hasta a saltar por ventanas o balcones y perder la vida trágicamente.
Temblores, ansiedad, convulsiones... Los síntomas que pueden sufrir los canes a causa del ruido de los petardos y fuegos artificiales pueden ser varios, no obstante, podemos prevenirlos si sabemos cómo o, al menos, disminuir su repercusión en nuestros compañeros de cuatro patas.
Qué hacer si tenemos un perro que lo pasa mal con los sonidos fuertes
Javier Ruiz, educador canino experto en comunicación y bienestar animal así como colaborador habitual de Coco y Maya, explica que la mejor opción a la hora de enfrentarnos a una noche como la de este sábado es irnos de casa. "Podemos buscarnos un alojamiento pet-friendly al que irnos con ellos o incluso dejarlos en una residencia para no hacerles pasar a los perros por esa situación", expresa en su cuenta de Instagram.
No obstante, si no tenemos esta oportunidad, deberemos preparar la casa antes de que empiecen los petardos o fuegos artificiales. "Lo que haremos es crearles un espacio seguro que cuente con barreras de sonido y donde les dejaremos agua, comida y sus juguetes, por si quiere refugiarse ahí y no moverse", detalla Ruiz.
"Si tiene algún lugar preferido en casa, como muchas veces ocurre con el baño, por ejemplo, lo adecuaremos para que oiga lo mínimo", añade. "También, si hemos trabajado con el transportín, éste puede convertirse en una zona segura donde refugiarse".
Para amortiguar el sonido podemos cubrir el transportín o la zona segura de nuestro can con toallas o incluso cojines que amortigüe el sonido de los petardos o fuegos artificiales (por eso es recomendable que la habitación que escojamos no tenga ventanas o que estas estén cerradas, también para evitar posibles accidentes).
También podemos proporcionarles otros sonidos relajantes ambientales como las olas del mar o la lluvia, con el fin de ocular el sonido de los petardos y que éstos tengan un menor efecto en nuestros compañeros de cuatro patas.
En cuanto a los calmantes, Ruiz no es muy aficionado al uso de relajantes musculares como las Benzodiacepinas y, en sustitución, de utilizar alguno, recomienda los calmantes naturales (aunque siempre habiendo consultado con el veterinario previamente).
Además, el experto en conducta canina desmiente aquello del refuerzo del miedo y asegura que "podemos acompañar a nuestro perro, acariciarlo y estar ahí para él" durante el lanzamiento de petardos o fuegos artificiales. "No pasa nada, es bueno estar a su lado", concluye.