Son muchos los actores, músicos, artistas y otras celebrities que en algún momento de su vida deciden ampliar la familia adoptando un peludo. Un buen ejemplo de esto es Fernando Mainer, bajista en la banda de rock española Mägo de Oz, que tras la pandemia optó por adoptar un perro junto a su mujer.
El músico, que se ha criado entre gatos y perros a través de sus abuelos y sus padres, reconoce haber convivido con numerosos peludos a lo largo de su vida. "Mis padres siempre traían cachorros a casa, como antiguamente pasaba mucho, a través de la perra de algún vecino que tenía una camada", recuerda.
No obstante, su podenco portugués, Dewey, que tiene hasta una cuenta de Instagram, es el primero que adopta él oficialmente y junto a su mujer. "Siempre he querido adoptar pero cuando vives en el mundo de la música y te tienes que ir tres meses de gira a América, ¿qué haces con el perro?", explica el bajista. "Ahora que tengo mujer y vivimos juntos, era el momento y nos hacía mucha ilusión a los dos".
De hecho, la idea de dar el paso les vino a raíz de la pandemia, cuando vieron que mucha gente había adoptado perretes para pasearlos durante el confinamiento y que, lamentablemente, muchos fueron abandonados después. "Vimos que en la postpandemia la gente los devolvía y empezamos a preguntar en asociaciones".
"Coincidimos con una chica que tenía una asociación en Toledo que se había encontrado un podenquito sin chip y lo fuimos a ver", relata Mainer. "Antes estuvimos valorando otras opciones pero nos quedaban muy lejos y, mientras lo meditábamos, surgió esta oportunidad. Al final decidimos quedárnoslo y, la verdad, estamos encantados con él".
El bajista de Mägo de Oz reconoce que la única preferencia que tenían era que fuera un perro no demasiado grande, ya que en el momento de la adopción vivían en un piso más pequeño. No obstante, les daba igual la raza y, de hecho, asegura que cuando fueron a conocer a Dewey pensaban que sería un mestizo.
"Decidimos llamarlo Dewey por la serie Malcom el del medio, ya que nos recuerda mucho al hermano pequeño, que se llama así", cuenta. "Entonces tenía alrededor de un año y bueno, ahora acaba de cumplir cuatro, el pasado 21 de junio, fecha en la que lo adoptamos y que hemos tomado como su cumpleaños".
En cuanto a la convivencia con Dewey, Mainer asegura que desde el primer momento fue todo muy bien. "Era un cachorro y estaba muy acostumbrado a la gente y a todo, de hecho, nunca se ha portado mal o ha tenido escapes en casa", comenta.
"Desde el primer momento ha sido muy cariñoso con todo el mundo y, por eso, creemos (o queremos creer) que se escapó de alguna casa sin tener el chip puesto, ya que pensar que alguien lo abandonó nos pone tristes", añade el músico.
En cuanto al día a día junto a Dewey, Mainer asegura que el perro "viene con nosotros a todos lados". "Está educado y, de hecho, es un perro de apoyo emocional, por lo que podemos incluso viajar en cabina a su lado, donde se comporta mucho mejor que otros pasajeros", bromea.
"No ladra, no se mueve... Mira un poco por la ventanilla durante el despegue y luego se acuesta hasta que aterrizamos", explica el bajista. "Alguna vez ha tenido que viajar en bodega, en algún viaje largo que hemos hecho a México y se ha aguantado hasta para mear".
Para compaginar el trabajo de Mainer con los cuidados de Dewey, cuando el músico tiene que irse de viaje o a algún concierto, es su mujer quién se encarga de sacarlo y de todos sus cuidados. "Ahora vivimos en un pueblo y tenemos el campo al lado, por lo que por las mañanas y por las tardes damos unos paseos largos y, cuando podemos, nos vamos de ruta y él siempre se viene con nosotros", añade.
Dewey también forma parte de las vacaciones familiares. El músico comenta que hace poco que volvieron de Gijón y asegura que, aunque no hay tantos alojamientos pet-friendly como le gustaría, los que han encontrado "son de diez". "Son parajes que están muy bien y no te ponen dificultades para estar con tu perro e incluso te ponen sus platitos de comida", comenta.
"Es algo que creo que está avanzando y que también está ocurriendo con las playas que, por cierto, a las que vamos con Dewey las encontramos mucho más limpias incluso que las normales", añade el músico. "Si el perro está educado y el tutor también, no debería de haber ningún problema".
Por último, Mainer nos presenta también a sus gatos, Reese "el hermano mayor de Malcom" y la gatita de tan solo un añito, Wicca. "Durante el proceso de adopción del perro nos llamaron y nos dijeron que tenían unos gatitos", relata. "Fuimos a verlo y adoptamos a uno de ellos justo antes de adoptar a Dewey".
"Se llevan muy bien, vinieron a casa prácticamente a la vez", asegura. "Después nos llegó de herencia la perra de mi madre, Nevada (que también fue adoptada), y que se ha adaptado perfectamente a la vida en familia".
Por último, se incorporó Wicca, "una gatita muy pequeña que se encontró mi mujer un día volviendo de trabajar, la tuvimos que sacar de un camión donde se había escondido, ahora tiene un año", recuerda Mainer. "Ahora apoyamos a varias asociaciones, además de habiendo adoptado, económicamente, ya que también es muy importante continuar ayudando".