Se empieza a ver una dinámica preocupante en muchas ciudades: los perros ya no van al parque o, por lo menos, no tanto como deberían.
Encontramos muchos animales para los que el paseo parece ser acompañarnos al centro comercial, al bar o a grandes superficies, pero que no cubren sus necesidades naturales, tales como olfatear, mantener contacto social con su especie, excavar un agujero o ejercitarse.
Ajustar planes a sus necesidades
La cuenta de educación canina respetuosa Universican mencionaba hace unos días las diferencias entre el mundo canino y el mundo humano en la terraza de un bar.
En la publicación, señalaban que hay mil planes mejores para hacer con un perro. Pedimos a los animales que se adapten a nuestras rutinas, pero que nos olvidamos de ofrecerles planes que se ajusten a sus necesidades. Esto es sinónimo de tiempo y dedicación.
Pero ¿qué tiene de malo? ¿No disfrutan los perros del contacto social? ¿No se lo pasan bien acompañándonos a todos los sitios? En este caso, no se trata tanto de una cuestión de "compañía" como de saciar instintos
De esto último se quejaba el educador canino Ricardo Valdivia, del canal 4EverDogs, quien grabó un short en el que mencionaba que cada vez ve menos perros en los parques y más en los centros comerciales de su país.
A menudo, como también denuncian desde EspaiGosBCN, la etiqueta "pet-friendly" o "dog-friendly" tiene mucho que ver. En Barcelona, se han multiplicado estas zonas, pero suelen estar enfocadas a turistas que viajan con animales, y no tanto a vecinos que necesitan contar con más espacios para disfrutar de la ciudad con sus peludos.
Por eso, comentan, te dejan entrar a una exposición o un restaurante con tu perro, pero no se habilitan espacios y zonas para que los perros de los vecinos socialicen o se ejerciten correctamente. Todo ello, como sabemos está cambiando poco a poco y la obligación de contratar un seguro de responsabilidad civil lo simplificará.
Lo que necesita un perro
Es importante entender que los perros necesitan cubrir unas necesidades físicas y psicológicas diarias, tales como olfatear, ejercitarse, caminar o interactuar con otros perros sociables. También el contacto con espacios naturales, en los que haya árboles, olores, tierra, césped, agua... ayuda a que los animales estén equilibrados.
En un centro comercial, o en la terraza de un bar, no pueden cubrirse ninguna de estas necesidades y, a menudo, suelen ser espacios aburridos, poco estimulantes e incluso pueden hacer que se sientan inseguros. Para evitar esto, es importante que acostumbremos a los perros a diferentes contextos, con más o menos gente, ruidos y movimiento de forma progresiva y, siempre que sea posible, desde su infancia.
Sin embargo, a diferencia de pasear por un parque, visitar el centro comercial o asistir a una exposición no resulta necesario para los canes. Si queremos hacerlo con ellos, debemos entender que podemos acostumbrarles, pero que esto, en ningún caso, reemplaza las actividades propias de un perro.
A menudo, algo tan sencillo se nos olvida y, luego, nos llevamos las manos a la cabeza sin entender por qué el perro ladra todo el tiempo en la terraza de un restaurante o parece estar siempre nervioso en casa. Un perro equilibrado es un perro feliz; ¿y cómo encontrar ese equilibrio?, pues siguiendo nuestras naturalezas, no yendo en contra.