En 2020, llegaron a las protectoras españolas más de 280.000 animales, 162.000 perros y 124.000 gatos. El porqué de estas renuncias es, según el Observatorio Cátedra Fundación Affinity, muy variado y atiende a múltiples factores; entre ellos, están la pérdida o el abandono como uno de los principales, pero ¿sabes realmente qué tienes que hacer si te encuentras con un perro abandonado?
Ante un perro solo, debemos extremar las precauciones y entender que puede tratarse tanto de un animal que ha sido abandonado como de un perro que se ha extraviado y al que su familia está buscando. Sin embargo, dependiendo de dónde te encuentres con la situación, cómo reaccione el perro o la época del año, tu comportamiento debería variar.
Evaluar el riesgo de la situación
Antes de actuar, debemos valorar qué nivel de riesgo implica la situación. Si nos encontramos con un perro en una carretera, autopista o en una zona de montaña repleta de peligros (por ejemplo, un risco o un acantilado), lo más importante es avisar a emergencias (112) y notificarlo cuanto antes.
En autovías y autopistas, el SEPRONA recomienda:
- Si encuentras a un perro abandonado en una autopista, llama a la Guardia Civil (062) o al cuerpo policial encargado (Mossos d'Esquadra, Ertzaintza, etc.); ante la duda, en el 112 derivarán la incidencia lo más rápido posible.
- Prioriza tu seguridad al detener el vehículo, así como la seguridad del resto de conductores y la del perro: si es viable, cógelo o aléjalo de la carretera; sin embargo, sin los medios adecuados esta es una opción poco realista.
- Intenta controlar la situación (que no vuelva a la carretera, etc.) y espera a que lleguen los especialistas de la policía.
Este es, quizá, uno de los peores escenarios para rescatar a un animal, por lo que es importante contar con algunos cuantos trucos extra que pueden ser de ayuda.
- Si el animal acepta comida (sería extraño, en estas circunstancias), utilízala para alejarlo de la carretera.
- Recuerda que, cuando perseguimos a un perro, por regla general, tomará distancia en dirección contraria; si corremos hacia atrás, podemos activar la fase de persecución del instinto de caza y hacer que venga detrás de nosotros. En estas circunstancias, no tiene por qué funcionar, pero, si existe la posibilidad, podemos tener en cuenta estas dos herramientas.
- Los tonos de voz pueden ser un buen aliado, como demuestran numerosos estudios (Domestic Dogs Use Contextual Information and Tone of Voice when following a Human Pointing Gesture, 2011) para inducir a que se queden quietos (graves) o animar a venir hacia nosotros (agudos).
No obstante, para un caso grave para la seguridad del perro o de terceros que nos encontramos, también se atienden muchos en otras zonas, donde, por regla general, podemos actuar de forma mucho más práctica.
¿Ese perro está realmente abandonado?
Vas paseando por la montaña o por tu barrio, y te encuentras un perro delante. Tiene collar, está ahí sentado, tranquilo y no parece haber nadie cerca. ¿Qué puedes hacer?
En primer lugar, es importante valorar si la situación supone algún riesgo a corto plazo y, si no es así, si no hay riesgo inminente, empezaremos por asegurarnos de que ese perro está solo o se ha perdido.
Comprobar los alrededores
Empezamos por buscar a alguien en las inmediaciones. Puede que los guías se hayan alejado buscando al perro, que el perro se haya separado en un descuido, que los familiares estén mirando los móviles a 100 metros o tras una esquina... Si bien estas situaciones no siempre son ideales, siguen ocurriendo, por lo que es importante descartar las opciones más comunes.
En mi caso, siempre que veo un perro que parece estar solo, saludo en voz alta, intentando que alguien me conteste o pregunto si el perro es de alguien. De este modo, agoto esta vía lo antes posible y puedo pasar a las siguientes fases de la búsqueda.
¿El perro tolera nuestra presencia?
Toma nota: para ese perro que tienes delante, no tiene nada que ver tenerte a 5 metros que a 5 centímetros. Si tienes dudas, recuerda lo importante que es el espacio personal para los seres humanos: pues ¡para los perros, también!
Si el perro gruñe, se aleja o te ladra (a menudo, parecerá como si te estuviese avisando, y es justo lo que está haciendo), mantén la distancia, llama a emergencias y, como mucho, intenta ganarte su confianza con comida. Mientras esperas, trata de no perderlo de vista.
Si el perro se muestra tranquilo, acércate poco a poco e intenta no hacerlo caminando de forma directa hacia él ni mirándole fijamente. Sé consciente de cómo te estás moviendo y evita los movimientos bruscos, los gritos o los tonos muy graves o amenazantes.
Si llevas comida encima, puedes hacer dos cosas:
- Tirar comida y darle espacio (te vas tú hacia atrás y le induces a venir)
- Tirar comida lejos de ti, en su dirección: asegúrate de que no le asusta el movimiento.
- Si hace calor, ofrecerle un bebedero con agua puede ser una segunda buena opción, ya que podría haber estado privado de agua y alimento.
Cuando estés a su distancia
¡Ojo! Ni se te ocurre aprovechar ahora para engañarle, agarrarle o realizar movimientos bruscos con los que retenerle.
Haz todo lo contrario.
Intenta acariciarle sin prisa, premiarle y sigue ofreciéndole comida.
Valora si acepta que manipules su collar o le pongas una correa, si dispones de alguna. (Puedes improvisar una correa con un cinturón, cable o una cuerda, por ejemplo.)
Si tiene chapa o collar...
Si tiene chapa o collar, que son las formas más habituales de identificación, trataremos de obtener los siguientes datos:
- Cuál es el nombre del perro
- Número de teléfono en la chapa
- Número de teléfono bordado o impreso en el collar o el arnés
- Chapa identificativa con QR para consultar vía teléfono móvil
Conocer el nombre de un perro es interesante, ya que el animal estará acostumbrado a responder al mismo y, por regla general, se habrá asociado a experiencias positivas, lo que nos facilitará el manejo.
Asimismo, si tenemos acceso a los datos de identificación o números de teléfono, podemos asegurarnos que la situación está controlada y llamar a los teléfonos de contacto para explicar la situación e intentar ponernos de acuerdo con las personas responsables.
Por el contrario, si el perro muestra signos de agresividad o parece enfermo, será mejor intentar retenerlo sin manipularlo, ya que puede ser necesario utilizar lazos de captura profesional o, por lo menos, contar con conocimientos, herramientas y manejo adecuado para su transporte.
Si el perro está sano y no hay problemas de manejo
Muchas veces, los perros son sociables y cooperarán con nosotros. En este caso, si no podemos contactar con su familia, hay varias cosas que podríamos hacer tras notificar a la policía, pero, a grandes rasgos, deberemos responsabilizarnos de acudir a los organismos adecuados o esperar a que la policía o el servicio de recogida se desplazan hasta allí.
Si no tiene chapa o datos de contacto
Empezaremos por mantenernos por la zona, pasear por un espacio concreto (sin alejarnos demasiado) y preguntar a otras personas si conocen al perro o saben de alguien que esté buscando a un animal de estas características por la zona.
Si no localizamos al guía o propietario, tendremos que valorar si el perro lleva microchip —es obligatorio: por desgracia, solo el 34 % de los perros recogidos por las protectoras están chipados—, por lo que tendremos que notificarlo a la policía o acercarnos a un veterinario.
Contamos con tres opciones:
- En el peor de los casos (el perro no se deja manipular, no podemos acercarnos), esperaremos a que se desplace la Policía o la Guardia Civil para coger al animal e intentar leer su chip.
- En el mejor de los casos, podremos acercarnos con el perro a una clínica u hospital veterinario o a una comisaría de policía para intentar leer su chip.
- La mayor parte de las veces, no obstante, si no estamos seguros de poder desplazarnos con el perro, esperaremos con el animal controlado o atado hasta que llegue la policía o los servicios de recogida y puedan leer el chip.
Sea la policía o un veterinario quien realice la lectura, recuerda que este es un servicio gratuito y que ninguna empresa privada puede exigirte pago alguno por tratar de identificar al perro mediante microchip.
Como consejo extra, recuerda que en muchas urbanizaciones hay perros que andan sueltos o han salido de casa sin que la familia se dé cuenta. En estos casos, intentar avisar a algún vecino puede ser una forma sencilla de resolver la situación, tanto para preguntarle si conoce al animal como para saber si cuentan con grupos de WhatsApp donde notificarlo.
Si el animal no tiene chip
Si tras la lectura se comprueba que el perro no tiene chip, se abrirán varias posibilidades. Es importante destacar, sin embargo, que aunque el microchip es una práctica obligatoria, todavía hay muchas familias que no están concienciadas, y puede ser que el animal viva en familia, pero no haya sido identificativo como exige la ley.
Llegados a este punto, el veterinario o la policía te informarán de que:
- puedes hacerte cargo del perro de forma temporal (por ahora)
- puedes dejar al animal a cargo del ayuntamiento, como máximo responsable del municipio, que tendrá que encargarse de recoger, cuidar y difundir el caso.
Aun así, el número de abandonos dificulta mucho que la policía o los servicios de recogida y protección animal puedan realizar un seguimiento individual de cada caso, por lo que, a partir de aquí, puedes:
- Realizar difusión del caso mediante las redes sociales, apps —WizaPet o PetTrace son dos aplicaciones muy útiles en España— y páginas de animales perdidos, tanto por si aparece su familia durante los primeros días como por si hay personas interesadas en la adopción.
- Difundir la foto y las características del perro mediante carteles en la policía local, las clínicas y hospitales veterinarios del municipio y las zonas más cercanas a donde lo encontraste.
Si puedes, sé casa de acogida
A veces, plantearte integrar a ese perro en casa, puede ser toda una revolución. No obstante, si tienes la oportunidad y tienes claro que no tiene por qué quedarse contigo para siempre, puede ser una experiencia preciosa.
Por un lado, darás tiempo a los centros de protección animal y las asociaciones para que te ayuden en la difusión con el objetivo de encontrar a su familia. Por el otro, si no aparece familia, evitarás al animal un trauma mayor ante la experiencia de pérdida o el abandono, ofreciéndole un hogar temporal y evitándole un contexto de estrés y ansiedad como son las protectoras y las perreras.
Si decides adoptar...
¿Te has enamorado de ese peludo y no ha aparecido su familia? ¡Genial! ¡Empieza vuestra nueva vida juntos! Ante todo, es recomendable que revises tu rutina, tengas claro todo lo que te va a exigir (y te va a dar) convivir con un animal y respondas que sí a estas cinco preguntas antes de adoptar a un perro.
Antes de formalizar el proceso de adopción, tendrás que asegurarte de que no aparece su familia, que no se había desactivado el chip (algo rarísimo, pero no imposible) y que nadie lo está buscando. Una vez hecho esto, un veterinario titulado podrá revisar, de nuevo, al perro e identificarlo con microchip a tu nombre. Y aquí empezará una nueva fase para los dos...
Consejo extra: si contactan contigo sus posibles propietarios, es importante que, antes de entregar al animal, te asegures de que cuentan con documentación del perro a su nombre, fotografías u otros datos que te permitan asegurarte que el perro pertenecía a esa familia. Ante cualquier duda, puedes negarte y contactar con la policía con el objetivo de que el perro no caiga en las manos equivocadas.
Por último, vamos a ver un punto que suele ser conflictivo: las redes sociales.
¿No puedo compartir el caso por redes antes?
Con el auge de las redes, parece una locura seguir esta lista larguísima de pasos antes de compartirlo por redes como Twitter o Instagram, ¿no?
Debemos tener presente que las redes sociales no sustituyen todo el trabajo de prevención, seguridad, manipulación, identificación... A veces, podemos tener la falsa sensación de que estamos ayudando al compartir una foto de un animal herido o perdido, pero no lo estamos haciendo.
Cuando vemos a un perro abandonado o perdido, es importante responsabilizarnos y tomar partido: reducir los riesgos, intentar retenerlo, avisar a la policía... Por el contrario, hacer una foto e irnos, en el mejor de los casos, derivará esa responsabilidad en un tercero.
Por el contrario, una vez nos hemos asegurado de que el perro está seguro, atado incluso, y podemos llevar a cabo la búsqueda de sus familiares o el aviso a la policía, es una muy buena idea sacar partido a todas las opciones que nos ofrece la tecnología: grupos de WhatsApp, apps de perros perdidos y, sobre todo, redes sociales. En cualquier caso, si no nos vemos capaces de coger y mantener protegido a un perro, la opción inicial siempre debe ser avisar a personal competente y no avisar en redes e irnos, por descontado.
Como último apunte, intenta que el animal sea llevado a una protectora o asociación, y no a una perrera. En 2022, existe un nuevo proyecto de ley de protección animal con la que se pretende aprobar el sacrificio cero, sin embargo, por ahora, la diferencia fundamental entre una perrera y una protectora es que, en la primera, los animales pueden ser sacrificados (no en todas la comunidades) y, en la segunda, no. Si te encantan las redes sociales, ¡puedes contactar con asociaciones y centros para buscar a su familia o un nuevo hogar, o bien dar difusión al caso!