El coloquialmente conocido como "gusano del corazón francés" es un parásito de la familia Angiostrongylus vasorum que provoca una enfermedad emergente y mortal llamada angiostrongilosis. En años anteriores, afectaba principalmente a animales silvestres como lobos, perros, zorros y hurones en Reino Unido e Irlanda pero, en los últimos años, se han localizado diferentes especies en Europa contagiadas por esta enfermedad.
Se trata de una enfermedad grave que afecta a carnívoros salvajes y perros que puede provocar importantes daños en los órganos vitales de los animales. Los expertos advierten de que no es zoonótica, es decir, no hay evidencias de que se pueda transmitir de animales a humanos.
Este parásito es originario de Europa, en países como Francia, España, Gran Bretaña e Irlanda, pero también, hoy en día, está en otros países europeos como Alemania, Dinamarca, Italia, Rusia, etc., en Canadá y los Estados Unidos. También, se encuentra en algunas zonas de Asía y África.
El primer estudio que se elaboró en España sobre la prevalencia de esta enfermedad fue en poblaciones silvestres de zorros porque se había identificado un alto grado de contagio. Ahora, la revista Animals ha publicado un estudio elaborado por investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de las Palmas sobre la incidencia de esta enfermedad en perros domésticos en todo el territorio español.
Los resultados alarman: las infecciones caninas están presentes en todo el territorio español lo que demuestra su expansión por todo el país. Por tanto, es importante conocer las medidas de prevención de esta enfermedad y concienciarse sobre ella.
Murcia, País Vasco, Asturias y Cantabria son las comunidades con más contagios
El estudio que se basó en recolectar muestras de sangre de 5544 perros domésticos desde enero de 2020 hasta marzo de 2022, demuestra que la prevalencia global de infecciones por la enfermedad provocada por parásito del "gusano del corazón francés" es de un 1,39% en todo el territorio español.
La lista la encabeza la Comunidad Autónoma de Murcia (4,12%), la sigue País Vasco (3,25%), Asturias (2,50%) y, por último, Cantabria (2,40%). En el resto de territorios aunque si que se han notificado casos, la incidencia es mucho menor: incluso, muchas de ellas, todavía no han notificado infecciones.
Esta menor incidencia en zonas de interior que de exterior, evidencia que los factores climáticos parecen ser determinantes en el establecimiento de esta enfermedad. Por otro lado, no se encontraron diferencias significativas por sexo y edad.
Síntomas de la enfermedad del gusano del corazón francés
Angiostrongylus vasorum, que así es como se conoce científicamente el parásito que provoca la angiostrongilosis, se localiza en las arterias pulmonares y en el corazón derecho de los perros y otros carnívoros, según informa ESCAAP (European Scientific Counsel Companion Animal Parasites) en un informe.
Los caracoles, las babosas y serpientes pueden actuar como hospedadores intermedios de esta enfermedad y, de hecho, los perros se pueden contagiar tras la ingestión de ranas u otros anfibios que pueden actuar también de hospedadores y portadores de la enfermedad.
Cuando se produce la infección, las larvas consiguen entrar en el cuerpo del animal, se desarrollan y migran hasta el corazón derecho y las arterias pulmonares donde pueden terminar obstruyendo diferentes órganos. El periodo de latencia puede ser muy largo, incluso durante toda la vida del animal si no recibe tratamiento. De hecho, en infecciones graves, se puede producir un fallo de corazón derecho e incluso la muerte súbita.
Los síntomas pueden variar en cada ejemplar, pero estos son los más comunes:
- Neumonía: que se puede identificar si tu perro se cansa cuando pasea, tiene tos seca o notas cuadros de insuficiencia respiratoria
- Tos seca y grave
- Disnea
- Anemia
- Signos de trombos o coagulopatías
- Sangrado prolongado de heridas menores y aparición de hematomas subcutáneos
¿Qué debo hacer si mi perro se contagia?
Si notas que tu perro tiene alguno de estos síntomas, acude urgentemente a tu veterinario para que pueda valorar el estado de la infección y proporcionarlo un tratamiento.
De acuerdo con ESCCAP, el tratamiento en casos leves consiste en la administración de lactonas macrolíticas o la administración diaria a base de benzimidazoles (entre 5 días y varias semanas).
En los casos graves, el animal debe estar en reposo como mínimo dos o tres días y recomiendan el uso de tratamientos de paliativos como antibióticos y glucocorticoides.