Estaba en frente de ellos y ningún científico se había dado cuenta hasta ahora: las serpientes tienen clítoris y no solo eso, al igual que los hemipenes de los machos (penes bífidos)m las hembras también lo tienen dividido en dos (hemiclítoris). Así lo afirma el estudio dirigido por la investigadora Megan Folwell, publicado en la revista científica The Royal Society.
El estudio llevado a cabo por Folwell presenta la primera descripción científica del clítoris de las serpientes, el cual, según los autores, cuenta con nervios y tejido eréctil, al igual que el de los mamíferos.
Este descubrimiento podría suponer que cumple una función reproductiva y cambiar la concepción que se tenía hasta ahora de que el sexo entre serpientes es coercitivo. "Ahora podemos considerar que se trate de una cuestión de estimulación y seducción", expresa Folwell, candidata a doctorado en la Universidad de Adelaida (Australia) en declaraciones recogidas por The New York Times.
La investigación ha encontrado diferencias considerables en cuanto al tamaño y la forma de los hemiclítoris entre las nueves especies observadas, siendo los más grandes de unos 3 centímetros de largo y 1,7 de ancho; y los más pequeños de 0,2 centímetros de largo y 0,15 de ancho.
Ha tenido que darse cuenta una mujer
Además de los hallazgos, Folwell resalta en su estudio el sesgo que se ha dado en la historia de la biología (relacionado con las actitudes culturales y la escasez de mujeres en este campo), lo que ha provocado un menor estudio de la anatomía sexual femenina en muchas especies.
De hecho, Folwell comenzó a estudiar sobre los hemiclítoris precisamente al descubrir que las publicaciones al respecto eran muy escasas y, las pocas que encontraba, proporcionaban descripciones erróneas. Algo sorprendente si pensamos que hay numerosas publicaciones que describían las muchas formas y tamaños de los hemipenes de las serpientes macho.
Cuando la autora le enseño sus hallazgos a la Dra. Patricia Brennan, la investigadora de morfología genital en Mount Holyoke College se sorprendió de ver como algo muy obvio no se había descubierto con anterioridad.
Ambas científicas decidieron corroborar el descubrimiento y recopilar más información observando la anatomía de otras ocho especies más de serpientes. "Este descubrimiento podría cambiar la forma en que entendemos el apareamiento de las serpientes y demuestra cuánto nos hemos perdido al ignorar la anatomía femenina".
De hecho, tradicionalmente las mujeres han estado apartadas de la investigación científica y, doctoras como Malin Ah-King, bióloga evolutiva e investigadora de género en la Universidad de Estocolmo en Suecia, opinan que la biología arrastra nociones de género victorianas de la época de Darwin.
"Darwin describió a las mujeres como participantes tímidas y pasivas en la selección sexual. Estas nociones de género victorianas han estado con nosotros desde entonces", ha afirmado Ah-King al The New York Times. "Ahora que hay más investigadoras explorando el lado femenino de las cosas, conocemos más detalles de lo que realmente hay allí".