A nadie sorprende que una madre se desviva por sus hijos. Ellas siempre están ahí, cuidándonos, enseñándonos a conocer el mundo y a vivir en él, apoyándonos en los momentos difíciles... Aunque no en todas las especies parece ser así. Un último estudio científico ha revelado que las madres orcas lo sacrifican absolutamente todo, pero solo por sus crías macho.
Lo de convertirse en "el niño de mamá" en cuanto a orcas se refiere es algo literal. Al menos así lo afirma un estudio publicado en la revista Current Biology que ha descubierto que las mamás orcas continúan cuidando de sus crías macho hasta la edad adulta, incluso si por ello se ven afectadas sus futuras posibilidades de reproducción.
Para llegar a esta conclusión, los científicos del Centro de Investigación de Ballenas en Harbor (Washington) han observado el comportamiento de 73 orcas pertenecientes a una población de estos animales que habita en la costa en las costas del estado de Washington y la Columbia Británica.
A pesar de tratarse de animales matrilineales, es decir, que las crías permanecen dentro del grupo social de su madre durante toda la vida, los investigadores han podido ver que con los macho se mantienen "fuertes lazos sociales".
¿Por qué la preferencia por las crías macho?
Los investigadores creen que se trata de una medida de supervivencia de la especie. "Los machos son un poco más grandes que las hembras, por lo que necesitan más calorías", detallan. "También son menos hábiles para la pesca así que, desde el punto de vista de la mamá, hay algunas buenas razones por las que podrían querer ayudar más a sus hijos varones".
"Cuando las hijas se reproducen, su cría está en el mismo grupo que la abuela, lo que significa que hay otra boca que alimentar en el grupo que podría competir con la otra descendencia de la hembra, por lo tanto, ayudar a su hija tiene un coste", añaden. "Con los machos, cuando tienen hijos, nacen en el grupo de otra orca".
Es decir, que podrían estar ayudando a los machos para asegurar la supervivencia de su grupo, ya que la descendencia masculina irá al grupo de otra orca, mientras que la descendencia femenina formará parte del mismo grupo y sería más trabajo a la hora de conseguir alimento.
"Obtienen los mismos beneficios en términos de evolución, con sus genes que se transmiten a la próxima generación, sin el coste de tener que alimentar otra boca", resumen los autores del estudio.
El mimo de los machos orca sale caro
No obstante, estos lazos tan estrechos y duraderos de las crías macho le cuestan a la madre la imposibilidad de volver a reproducirse más e incluso el dejar de lado a las crías hembras. "Se trata de una inversión materna de por vida, una estrategia no documentada en animales iteróparos", detallan los autores del estudio.
"Existe una correlación negativa entre los cuidados de las hembras por sus hijos adultos y su probabilidad de reproducción", aseguran los investigadores. "Cada hijo sobreviviente reduce las posibilidades de reproducción de una madre en más del 50 por ciento en un año".
"Al cuidar de estos hijos, las madres tienen menos recursos alimentarios que necesitan para llevar a cabo satisfactoriamente los embarazos, de ahí que sea mucho menos probable que se reproduzca más", concluyen.