Con los cambios legislativos, las multas de la Ley de Bienestar Animal se unen a las sanciones viarias ya habituales que, en los últimos años, ha señalado la Dirección General de Tráfico (DGT) para el transporte de animales de compañía.
Vale la pena, por lo tanto, tener presente las recomendaciones actualizadas para llevar a nuestros animales en el coche con seguridad, así como conocer los cambios de la ley. La DGT, además, cuenta con una página detallada con todas las recomendaciones relacionadas con el transporte para estos casos.
La multa de las multas (de 80 a 500 €)
En 2022, la DGT advirtió que, según el artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación:
«el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos»
La mayoría de los medios de prensa señalaron, durante 2022, que se habían interpuesto numerosas multas y, a la vez, existían muchas críticas por parte de algunos conductores sancionados, porque la norma daba pie a una interpretación relativamente libre.
Pero ¿por qué multas, en plural? Debido a la posible interpretación del código, se prevé que pueda diferenciarse entre una sanción menor y otra de mayor gravedad: así, no será lo mismo llevar a nuestro perro suelto por el coche, con total libertad de movimientos (una multa que puede costarnos 500 €) a llevar el trasportín mal sujeto en el maletero o en los asientos traseros.
Lo ideal aquí será evitar la posibilidad de que nuestros perros puedan moverse o estén mal sujetos, por lo que podrían multarnos si:
- Los animales están sujetos de forma incorrecta
- Los trasportines o jaulas no están fijos o colocados correctamente: anclados, detrás del asiento del conductor (que es el mejor lugar) o en el maletero
- Los animales no están sujetos y pueden moverse libremente por el habitáculo, e incluso afectar a la conducción
Gravedad y peligro, más allá de la multa
Más allá de las multas, cualquiera de las situaciones anteriores puede ser de extrema gravedad, en caso de accidente. Por esto, además de las sanciones, la DGT hace mucho énfasis en la opción ideal: rejilla divisoria en el maletero y trasportín fijo para perros grandes; trasportín fijo en el suelo del coche, para perros pequeños.
Dicho de otro modo, puedes cumplir la ley colocando una rejilla entre el maletero y los asientos traseros, pero, ante un accidente, esta situación seguirá siendo peligrosa para tus animales. En el caso de la DGT, las multas priorizan, en primer lugar, la conducción y la seguridad de las personas, pero, en segundo lugar, avisan e informan sobre las mejores formas para la seguridad de todos.
Dejar al perro en el coche puede salir (muy) caro
A partir de la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, se ampliarán los supuestos con nuevas multas más allá de la sanción de la DGT.
Una situación habitual que pasará a ser infracción es dejar al perro en un vehículo encerrado, en un espacio sin vigilancia o ambos supuestos. Las infracciones de carácter leve, tendrán una sanción de 500 a 10.000 €, pero podrán convertirse en graves, si reincidimos.
En los casos en los que no podemos vigilar a un animal, lo mejor será dejarlo en casa, como también tendremos que hacer si vamos a comprar al supermercado (ya no podrán dejarse atados en la puerta). Otra opción, será dividirnos las obligaciones para poder mantener una supervisión correcta.
El coche es uno de los lugares donde más accidentes con animales se producen y, por desgracia, en muchos casos, se trata de golpes de calor con el vehículo detenido.
En resumen, la principal multa de la DGT puedes evitarla acondicionando tu coche para tu seguridad y la de tus animales, algo que todos deberíamos hacer, mientras que la segunda exige un cambio de mentalidad, y entender que el coche no solo es peligroso circulando, sino también quieto, cerrado, al sol y sin supervisión.