Me gasto una pasta en juguetes pero a mi gato le gustan más las cajas vacías de Amazon. La evolución es la culpable

Me gasto una pasta en juguetes pero a mi gato le gustan más las cajas vacías de Amazon. La evolución es la culpable
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¿Cuántas veces le has comprado a tu gato un juguete chulísimo y él se ha dedicado a jugar con la caja del paquete de Amazon? La mayoría de los gatos tienen predilección por las cajas de cartón, pero la evolución tiene mucho que ver, así que no te sientas mal.

No hay una única razón, además, sino que se suman varias que convierten ese espacio en uno de los lugares que más disfrutan nuestros queridos felinos.

Las cajas son la perfección hecha objeto

En primer lugar, las cajas de cartón son espacios limitados (cerrados) y relativamente cómodos que ofrecen oscuridad y seguridad. La caja permite un efecto "cubil" o madriguera donde las presas, nosotros u otros animales con los que convivan no pueden sorprender al gato. Dicho de otro modo, la caja de cartón es un lugar seguro, controlable y, por lo tanto, libre de estrés, donde el gato puede esconderse.

Todo lo anterior también convierte la caja en un buen lugar de descanso, en el que mantenerse lejos de la vista de otras personas y animales con los que vive, por lo que si no cuenta con espacios para dormir adaptados a sus necesidades, una caja le puede parecer la octava maravilla.

Acechando... ¡desde las cajas!

En relación con el punto anterior, las cajas de cartón, además, facilitan el juego típico que realizan los gatos, que siempre está vinculado a las distintas fases del instinto de caza: acechar, perseguir, atrapar, llevarse la presa...

Muchas veces, el gato planteará variaciones, como acechar, perseguir y volver a su zona segura a esconderse, o emboscar y sorprender a las personas o animales con los que convive. Si tienes un gato en casa, ¡ya sabes  de lo que estoy hablando!

El cartón aísla muy bien

Asimismo, el cartón es un aislante estupendo. La caja del último paquete que te han traído a casa suele tener una textura chulísima para ellos (para morder, para arañar...), pero también crea un espacio interior cálido.

Los gatos suelen buscar temperaturas ambiente asociadas a los 30-37 ºC, por lo que, para él o ella, la caja es una solución sencilla y muy efectiva. ¡Además, si tiene unas medidas que le permiten acurrucarse o apretarse un poco, todavía mejor!

La novedad siempre gusta

Si siempre tiene la caja a su disposición, la caja suele perder valor. El gato es un animal curioso, así que ante un objeto desconocido, tendrá interés en oler, frotarse, morder y arañar y, lo más importante, a diferencia de otros límites que solemos poner en casa, a nadie nos importa que el gato arañe o rompa una caja de cartón, ¿cierto?

¡Encima es algo nuevo! Si eres un fanático de los coches, ¿te haría la misma ilusión poder conducir un Ferrari una hora todas las semanas a tenerlo todos los días del año a cualquier hora que quieras? No, ¿verdad? Aquí ocurre algo similar, la caja es algo nuevo y eso le confiere más valor.

Evitar situaciones peligrosas

Por descontado, aunque hay múltiples razones (textura, novedad, aislante, juego, control...), la doctora Gabriella Smith a través de un estudio para la Universidad de Viena ha demostrado que espacios como las cajas permiten una mejor adaptación al entorno y evitan situaciones peligrosas, como chocarse con cosas o caer por un precipicio.

En contraposición, aunque no se ha podido aún comprobar científicamente, resulta probable que la caza y la forma en la que los felinos emboscan a sus presas (también los grandes felinos) mantenga una relación directa con el amor por las cajas, que también les encantan a pumas o tigres, entre otros.

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