Quizá has visto alguna vez a tu perro rascarse y has pensado que podría tener pulgas o que simplemente le ha picado un mosquito. Sin embargo, ese comportamiento puede estar provocado por algo más peligroso y severo que las moscas, mosquitos o pulgas.
Los ácaros son minúsculos artrópodos arácnidos que, muchos de ellos, tienen una vida parásita, razón por la que te pueden interesar ya que son dañinos para la salud de tu perro.
Existen diferentes tipos de ácaros, aunque el más temido y conocido es el que provoca la sarna, pero no es el único. Si eres capaz de diferenciar y percibir los síntomas que provocan los ácaros en la salud de tu perro podrás tratarlo antes y evitar que la enfermedad se haga más severa.
Tipos de ácaros, síntomas, contagio y tratamiento es la información clave que puede que te interese para saber qué hacer con tu compañero de cuatro patas.
Qué son los ácaros en perros
Los ácaros en perros son pequeños seres vivos que se aprovechan de su hospedador para alimentarse, en este caso del perro.
La relación que tiene con este es: "Yo vivo sobre ti, me beneficio porque te necesito para vivir, pero tú pierdes". En otras palabras, tienen una función parásita en la naturaleza.
Aunque hay alguno que puede verse a simple vista, la mayoría son microscópicos y no vas a poder inspeccionar a tu perro para detectarlos fácilmente.
Cuáles son los ácaros en perros
Hay una gran variedad de ácaros, pero los que nos importan son aquellos que pueden dañar la salud del animal. En particular, los más peligrosos son los que producen sarnas. Una de estas sarnas tiene una relevancia mayor porque es zoonótica, es decir, se puede transmitir de perros a humanos.
Estas son las 3 sarnas más peligrosas
1. Sarna sarcóptica: Se trata de una patología parasitaria provocada por un ácaro llamado Sarcoptes scabiei var. Canis. Es un ácaro que invade la piel del animal alimentándose de ella. Como las hembras grávidas excavan túneles por el estrato córneo de la piel para poner los huevos, produce un severo picor. Esta es la razón por la que vas a ver al perro rascarse sin parar. Es un síntoma muy característico de esta sarna tan pruriginosa (fuerte picor) produciendo una dermatitis severa con poca cantidad de ácaros.
Es muy contagiosa y se transmite de perro a perro con facilidad, pero también de perro a humano, aunque no es muy común y suele aparecer en personas inmunodeprimidas (defensas bajas). Otras formas de contagio son a través de objetos, zonas comunes donde pasan tiempo los perros, utensilios como cepillos, camas, casetas…
La manifestación de la enfermedad suele comenzar por las orejas y la cara, pero más tarde se expande rápidamente en las axilas y el vientre.
2. Sarna demodécica: El responsable de la enfermedad es el ácaro Demodex canis y es un habitante común de los folículos pilosos de los perros, esto es, vive en la piel junto a la raíz del pelo. A diferencia del ácaro sarcoptes, el demodex puede o no provocar picor y tan solo produce enfermedad si el animal tiene las defensas bajas puesto que es un ácaro oportunista.
Incluso, en determinadas ocasiones y si la lesión está muy localizada, la enfermedad remite de forma espontánea. Es decir, el animal se cura sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, si se generaliza la sarna se transforma en una patología complicada con infecciones de piel secundarias.
Las zonas donde se manifiesta esta sarna al inicio del transcurso de la dolencia es en la cabeza y el hocico, si no se trata se puede generalizar por todo el cuerpo.
3. Cheyleteliosis: Este tipo de sarna es común en cachorros y el ácaro que la produce es Cheyletiella yasguri. No son microscópicos por lo que se pueden ver a simple vista. Viven en la piel y se alimentan de ella provocando enrojecimiento y picor. El animal se contagia por contacto directo o por estar en zonas donde hay infección como casetas, camas…
4. Sarna otodéctica: Esta enfermedad es la otoacariasis y se localiza en las orejas del animal. La provoca un ácaro llamado Otodectes cynotis. Son parásitos microscópicos que se encuentran en el conducto auditivo del oído. El contagio sucede de forma directa con un perro infectado, aunque también puede contagiarse de la misma manera con un gato.
Los ácaros ponen sus huevos en el oído y en tan solo cuatro días eclosionan. Las larvas se alimentan del cerumen y los aceites naturales y cuando son adultas, se reproducen y vuelven a comenzar de nuevo el ciclo. El ciclo es rápido y puede ser grave para el animal.
Síntomas de los ácaros en perros
Los signos clínicos generales que provocan los ácaros en los perros son:
- Intenso prurito (picor)
- Sacudidas de la cabeza para intentar aliviar el dolor en la otoacariasis.
- Mal olor de la piel por infecciones secundarias y en el oído en el ácaro del oído.
- Rascado.
- Enrojecimiento de la piel, heridas y costras.
- Engrosamiento de la piel.
- Apatía.
- Fiebre en el caso de infección en la piel.
- Nerviosismo.
- Falta de apetito.
Tratamiento de los ácaros en perros
El tratamiento de estos ácaros no es complicado y en general se utiliza insecticidas que pueden ser:
- Amitraz.
- Ivermectina.
En la cheyleteliosis, además, hay que cepillar al animal para quitar la caspa y aplicar el insecticida. También es imprescindible lavar con agua muy caliente las mantas o camas donde esté el perro.
En la sarna del oído se emplean un insecticida en gotas óticas complementándolo con una pipeta de insecticida que se coloca en la piel del animal en la zona del cuello.
Hay que tener especial cuidado en cachorros porque el insecticida y las dosis podrían cambiar.
Te recomendamos que consultes siempre con tu veterinario de confianza porque él sabe qué es mejor para tu perro, conoce a la perfección las pautas de administración y el insecticida adecuado para cada tipo de sarna, en especial, si se trata de un cachorro ya que son más vulnerables.