Nuestros compañeros peludos cada vez viven más. Hace poco, hablábamos sobre cómo la esperanza de vida de los perros ha convertido el cáncer en su principal causa de muerte. En esta misma línea, problemas de huesos y articulaciones han ido cogiendo un protagonismo fundamental.
El uso de condroprotectores, compuestos alimenticios que se elaboran con glucosamina, condroitina y ácido hialurónico para prevenir y tratar enfermedades articulares, se ha incrementado muchísimo y, ahora, los primeros inyectables se han aprobado en Europa.
Una inyección al mes
Hace poco más de un año que Librela, una inyección de Bedinvetmab que se administra cada mes, se lanzaba al mercado. Su valor diferencial se vende con facilidad: alivia el dolor de la artrosis y la osteoartrosis sin efectos secundarios.
Según Carmen Alamán, marketing manager de Zoetis España, "es probablemente el avance terapéutico más interesante de los últimos 20 años [...] en el control del dolor asociado a la osteoartritis."
Los veterinarios a los que he preguntado como educador canino están de acuerdo, e incluso, tras varias consultas realizadas a distintos profesionales, me han recomendado el medicamento para dos perros que conviven conmigo, así como para numerosos peludos sénior o con problemas articulares de mis clientes.
Sus principales ventajas son:
- Alivio del dolor articular
- Al intervenir en el "ciclo del dolor", los perros pueden recuperar parte de su movilidad
- Su eficacia es casi inmediata y se elimina de la misma forma que los anticuerpos de origen natural, por lo que no supone un trabajo extra para hígado o riñones ni problemas intestinales.
Todo lo anterior se suma a que la administración es sencilla, puede controlarla tu veterinario de confianza y se administra de forma rápida y fácil en la clínica una vez al mes, por lo que el manejo del dolor queda bajo control periódico.
El precio de cada dosis
Según la dosis, estamos hablando de un coste distinto, si bien para un perro de unos 30 kg, la inyección puede tener un coste superior a los 70 euros. Por lo tanto, no estamos hablando de un medicamento económico, pero sí una solución que, en algunos casos, puede permitir un ahorro notable en condroprotectores, por ejemplo.
De igual modo, la mayoría de las familias valoran su eficacia de forma muy positiva, ya que las mejoras son visibles e inmediatas. Hoy por hoy, no es un tratamiento barato, pero sí podemos definirlo como un extra de tranquilidad, que no es poco.
Por mi parte, me he lanzado a probarlo con mi pastor alemán y, aunque no es la poción mágica que va a devolver la eterna juventud a tus perros, sí que se agradece ver un cambio rápido en la vitalidad y la rutina de tu mejor amigo (o amiga).