Cuando hablamos de acompañarnos de varios perros, los paseos son una de las situaciones más complicadas para gestionar. Salir a la calle o a la montaña es el momento ideal para que los animales gasten energía, huelan, exploren y socialicen, pero, a menudo, cuando necesitamos realizar un paseo con más de un perro, también se puede convertir en una situación problemática.
A priori pasear con dos perros en paralelo no tiene por qué ser negativo, pero sí puede resultar complejo. En muchos casos, incluso contraproducente, si no tenemos en cuenta el carácter de cada animal, su raza, energía, edad o tamaño.
Se duplicará la exigencia
Para empezar, puede parecer obvio, pero salir a pasear con dos perros multiplica las situaciones que debemos gestionar a lo largo del paseo. Esto se traduce en todo tipo de sucesos, desde presentar a otros perros hasta la reacción frente a ruidos, vehículos, grupos de gente o el manejo de las correas.
Una buena opción, puede ser acostumbrar a los perros a pasear de forma correcta por separado y, poco a poco, integrar a los dos animales en el mismo paseo si su edad y energías lo permiten. Esto es especialmente importante si convivimos con un perro grande, muy fuerte o intenso.
En cualquier caso, está totalmente desaconsejado intentar incluir a más de dos perros en el mismo paseo —sobre todo si los perros deben ir atados y por un entorno urbano—, puesto que ya resulta complejo pasear con una correa en cada mano. Incluir a tres o más animales en el mismo paseo imposibilita prestar atención suficiente.
Perros tranquilos, ¿correas con doble enganche?
Para perros tranquilos o de baja energía, a menudo se recomiendan las famosas "correas dobles" o de "doble enganche", que no veo útiles, ya que obligan a los perros a ir al mismo ritmo quieran o no y, sobre todo, generan situaciones en las que el perro no tiene capacidad de decisión individual, porque depende de su compañero. De este modo, se producen muchas más conductas de manada: estirar juntos, reaccionar ante otro perro y un largo etcétera.
Pasear juntos a perros con necesidades similares
¿Te imaginas tener que salir a la calle siempre con tu abuelo de 90 años e ir a su paso? O todo lo contrario, e ir por el mundo de la mano de un triatleta. ¡Algo así le pedimos a muchos perros!
Para que dos perros puedan disfrutar del mismo tipo de paseo, debemos fijarnos en la raza del animal (un bulldog inglés no puede disfrutar del paseo de un pastor belga o un border collie), el carácter, la energía y la edad. De este modo, podemos encajar un buen paseo para todos los animales de la casa.
Esto no se resume al carácter o la energía, sino que también atiende la gestión de situaciones con las que la manada va a interactuar. Por ejemplo, si tenemos un perro muy sociable y un perro con miedo o inseguridad hacia otros perros, vamos a vernos envueltos en "contagios" de emociones, tanto por el estrés de los propietarios hacia los perros como entre ellos. Todo ello, reducirá mucho la calidad del paseo.
¿Lo ideal? Individualizar los paseos
Si lo que queremos es cubrir las necesidades de cada animal, realizar paseos por separado es lo ideal. Por descontado, esto supone un esfuerzo físico y psicológico para los tutores, pero también ofrece vidas más equilibradas a los perros. Es injusto para un cachorro realizar todos sus paseos con un perro sénior y, del mismo modo, para un perro inseguro pasear con un perro extremadamente sociable o, todo lo contrario, miedoso.
Asimismo, la vida diaria puede obligarnos a pasear a varios perros juntos, pero nunca debería ser parte de la rutina habitual de estos animales. El 99 % de las veces vale más la pena acortar el tiempo de paseo —aunque no sea una solución ideal o perfecta— a realizar paseos poco enriquecedores, aunque estos sean más largos.
Si convivimos con dos perros, nuestro objetivo puede ser realizar varios paseos e incluso, dependiendo de las características de los animales, todos los paseos con ambos perros, pero a lo largo de un proceso de aprendizaje en el que los perros deben tener situaciones y momentos individualizados con sus guías.
En resumen, todo perro debería poder contar en su rutina con paseos individualizados con su guía o tutor, tanto para generar vínculo como para realizar una supervisión más activa. Como esto no siempre es posible, podemos enseñar a los perros a pasear por separado y, poco a poco, realizar paseos conjuntos, siempre que la edad, la energía y la raza lo permitan. Por último, incluso con perros compatibles, intentemos evitar siempre los enganches dobles para correa, que pueden reforzar conductas de manada y contagio de emocione