A estas alturas, probablemente a nadie se le ocurra ofrecerle una tableta de chocolate a su perro. Pero, ¿qué pasa si decides compartir con tu peludo un poco de tu plato, de esa receta tan sana en la que has utilizado cebolla picada? Hay alimentos extremadamente comunes y saludables para ti que pueden ser peligrosos y tóxicos para tu perro.
Si la dieta de tu animal no es a base de pienso o si sueles dar comida casera de vez en cuando, te interesa saber cuáles son los siete alimentos más comunes que no debes dar por error a tu perro.
Este solo es el primer paso. Depsués puedes contactar con tu veterinario para que te informe de la alimentación más sana para cada caso y, además, planear con su ayuda una dieta equilibrada.
Cualquier cantidad es mala, y en los peores casos incluso mortal
Algunos de estos alimentos son especialmente dañinos si se consumen regularmente porque acabarán dando problemas a largo plazo, pero otros, están estrictamente prohibidos ya que una pequeña dosis puede ser mortal.
1. Cebolla
La cebolla es un ingrediente muy común en casi todos nuestros platos, sin embargo, tienes que eliminarlo de la dieta de tu perro porque es muy tóxico y podría traer consecuencias negativas en su salud.
La cebolla es tóxica por la alicina, un componente que se libera en el cuerpo tras la masticación y deglución convirtiéndose en n-propil disulfuro. Este agente oxidante es el causante de la oxidación en las membranas celulares de los eritrocitos lo que produce la ruptura dentro de los vasos sanguíneos y ocasionando una anemia hemolítica en toda regla. Cuando ocurre esto, los glóbulos rojos no pueden cumplir su función de transporte de oxígeno a las células.
Este alimento no es mortal en pequeñas dosis, es decir, si el animal come cebolla por accidente ni siquiera debes acudir de inmediato al veterinario, pero debes tener en cuenta que la ingestión diaria o continua es peligrosa ya que produce problemas en el tracto digestivo y, en ocasiones, si la ingesta es abundante y muy habitual hasta puede aparecer icteria, coloración amarillenta de la piel por la ruptura de los glóbulos rojos.
Así pues, los síntomas son muy sutiles porque son bastante genéricos, como vómitos, cansancio y cambio en el color de las mucosas con tonalidad blanquecina o amarillenta. Ten en cuenta que empiezan a aparecer cuando tu perro come una dosis de 15 gramos de cebolla por kilo de peso de tu compañero peludo.
2. Ajo
Al igual que el alimento anterior, el ajo también contiene alicina, el mismo componente que puede producir anemia hemolítica (ruptura de los glóbulos rojos) si su consumo es rutinario y su consumición es en elevadas cantidades.
Sin embargo, el ajo tiene efectos antibióticos, antiparasitarios, antifúngicos que a su vez potencian el sistema inmunitario y cardiovascular en perros y en personas.
No obstante, aunque tenga estos beneficios para el animal es mejor no usarlo porque podrías verte envuelto en la manifestación de los síntomas contraproducentes de este alimento.
3. Excitantes como el té, café o chocolate
Estos tres alimentos contienen diferentes sustancias tóxicas para tu perro, así pues, en el café está la cafeína, en el chocolate la teboromina y en el té la teofilina.
Los tres tienen un componente en común tóxico para tu pequeño compañero, la metilxantina. Se trata de un alcaloide que excita o estimula el sistema nervioso central del animal y también es perjudicial para el funcionamiento normal de los riñones, el sistema cardiovascular o la musculatura.
Aunque no sea una regla fija, ya que unos perros son más sensibles que otros, la mayoría reacciona de forma muy negativa hacia la metilxantina.
Esto es, 100 gramos de chocolate negro podría ser una emergencia veterinaria con consecuencias trágicas para el animal.
Los signos habituales en la intoxicación con metilxantinas son:
- Vómitos
- Incontinencia
- Temblores
- Debilidad y temblores
Es recomendable provocar el vómito en el animal para expulsar el máximo posible de la sustancia tóxica y evitar su circulación sanguínea.
4. Aguacate o palta
Otro de los alimentos peligrosos para tu perro es el aguacate. Esta fruta carnosa y deliciosa, aunque tiene una toxicidad leve, debes eliminarla de la dieta de tu animal si aún no lo has hecho.
Contiene persina, derivada de los ácidos grasos y que es una toxina fungicida. Sin embargo, la toxina no está en la carne del fruto, sino que se encuentra en el hueso y en las hojas del árbol.
Los síntomas que aparecen tras la ingesta son el vómito y la diarrea, así como la falta de defecación. En casos graves tu perro puede llegar a desarrollar una enfermedad muy grave, la pancreatitis que se caracteriza por una inflamación del páncreas con signos de dolor agudos.
5. Uvas y pasas
Aunque contienen ácidos grasos saludables se sabe que esta fruta contiene un componente peligroso para la salud de tu perro porque, las uvas y pasas, son las causantes de insuficiencia renal. Esta patología es muy peligrosa y mortal para tu animal puesto que, al dañar el riñón, este no puede cumplir su función.
Esta fruta es altamente prohibida por los peligros que tienen para su salud y debes evitarla enormemente.
Los signos más habituales son los vómitos, diarrea, debilidad y tambaleos o aumento en la excreción de orina.
6. Nueces de Macadamia
Este fruto produce una intoxicación severa en el perro a nivel del sistema nervioso central (SNC). Aunque no es mortal, es muy peligroso y sus síntomas se manifiestan a las 24 horas de su consumo.
Estos son:
- Vómitos
- Dolor abdominal
- Debilidad y tambaleos
- Depresión
- Incoordinación al andar
- Rigidez
7. Cerezas
El cerezo negro americano (Prunus serótina) o el cerezo de Virginia (Prunus virginiana) son de los que más cuidado debemos de tener con nuestro compañero. Especialmente, tenemos que evitar el consumo de la parte de los frutos como las semillas, el tallo o las hojas.
Estas frutas, las cerezas, no son altamente tóxicas, sino que su toxicidad va de leve a moderada pero después de que tu perro las coma puede verse implicado en síntomas incómodos como la dificultad en la respiración, las pupilas dilatadas, encías rojas, shock e incluso, raramente, puede llegar a ser mortal.
En definitiva, debemos ser responsables con la alimentación de nuestro compañero y tener siempre presente que habrá alimentos peligrosos y poco beneficiosos para su salud.
Para evitar problemas mayores, lo ideal es contactar con el veterinario para diseñar una dieta adecuada según las características de su tamaño, edad y raza.