Los viajes y las escapadas son excelentes oportunidades para vivir nuevas experiencias con los perros, y también para que aprendan cosas nuevas. Si sabes leer a tu perro, otros sitios siempre traen algo distinto. Es lógico, ¿no?
Este verano... ¿Qué te parece aprovechar las vacaciones con tu perro para descubrir juntos cosas nuevas por hacer? Un perro que aprende a adaptarse a nuevos ambientes será un animal con más recursos, más seguro de sí mismo y, por encima de todo, más feliz.
Vamos a ver, primero, qué es importante que sepas y cómo deberías acostumbrar a tu perro a sitios desconocidos en vuestras primeras vacaciones en familia.
Empieza por entender a tu perro
Algo que siempre se nos olvida es que los perros son unos verdaderos maestros haciendo dos cosas: adaptándose a nuevas situaciones e interpretando a los humanos. También son muy, muy buenos expresándonos lo que sienten (afecto, nervios, miedo, alegría...) y lo que quieren, pero a esto no siempre le prestamos tanta atención como deberíamos.
Si nunca has oído hablar de la señora Turid Rugaas (El lenguaje de los perros, 1996), te recomiendo que incluyas una lectura más para el verano. Te ayudará a entender cuándo tu perro está cómodo, inseguro o sobrepasado por las circunstancias, algo que tienes que aprender a medida que ampliáis vuestra zona de confort. No obstante, si no te apetece leerte el libro —no es excesivamente extenso—, en Internet hay muchas guías sobre gestualidad canina.
A continuación, ten presente dónde vais a ir de viaje. ¿A una ciudad? ¿Al pueblo? ¿A la playa o a la montaña? Tú eres quien mejor conoce el carácter de tu perro y es importante que no le expongas a situaciones o lugares que consideras que pueden ser demasiado intensos para él o ella.
Piensa que un perro acostumbrado a vivir en una urbanización, puede no tener experiencia en grandes ciudades con grupos de gente, vehículos, ruidos, etcétera, y que la exposición debería ser progresiva. El caso contrario, aunque más raro de ver, también es posible, pues muchos perros de ciudad no están familiarizados con animales, olores o entornos naturales y pueden tener dificultades similares. Si es tu caso, te recomiendo realizar algunas visitas breves a zonas similares, asegurándote siempre de que tu perro lo está disfrutando y que la intensidad de la experiencia no le sobrepasa.
Con cachorros, o perros ancianos que no han vivido equis experiencias en el pasado, todavía debemos tener más paciencia y presentar estas nuevas situaciones de una forma gradual.
Pasarnos de intensos
La diferencia entre un perro que se acostumbra a nuevos lugares, olores, personas o experiencias y un perro que genera un miedo puede ser, sin lugar a dudas, la intensidad de la experiencia. En psicología, a estos dos conceptos se los conoce como habituación y sensibilización.
Por lo tanto, a lo largo de nuestras vacaciones con perro, nos tocará analizar cómo está viviendo la experiencia el animal y, si es necesario, modificar, en la medida de lo posible, el contexto que tenemos delante:
- Si tenemos a unos niños gritando en un camping y nuestro perro se pone nervioso, no podemos hacer que desaparezcan, pero sí podemos pedirles que hagan menos ruido, alejarnos o abandonar esa zona y volver en otro momento
- Si estás paseando por el casco antiguo de una ciudad, por una playa o por la zona comercial de un pueblo y tu perro se muestra inseguro, puedes intentar coger distancia de aquellos elementos más ruidosos o visitarla, más tarde, sin tu perro
En etología o comportamiento animal, para acostumbrar a los animales a nuevas experiencias se suele atender a tres puntos clave: la distancia a la que se encuentran los estímulos (no es lo mismo tener coches circulando a 3 metros que a 300), el tiempo de exposición a un lugar o suceso (¿cuánto llevas ahí?) y la intensidad (no alborotan igual dos niños que doce).
Si recuerdas estos tres elementos, ¡te será fácil encontrar situaciones cómodas para tu perro y, poco a poco, ir aumentando la dificultad!
Para aprender, también hay que descansar
Es tan importante vivir nuevas experiencias como tener tiempo para asimilarlas. Por esto, durante las vacaciones, es básico que te asegures de que tu perro descansa bien, en un espacio tranquilo y seguro.
La mejor opción es contar con un buen trabajo de trasportín y poder instalarlo en la habitación del hotel, el bungalow o la casa. Si no es así, viaja con su cama y prepara un espacio seguro, tranquilo y ajeno a molestias.
En un contexto desconocido es imprescindible que el perro tenga a las personas de referencia ubicadas, en especial, si es inseguro o miedoso.
Un líder es un referente
En cualquier caso, el punto estrella para acostumbrar a tu perro a nuevas experiencias o a que esté en cualquier parte, será que sepa que puede contar contigo: que actúes como un verdadero líder.
Por esto, ten presente que ante un grupo de perros que no conoce, una zona muy ruidosa o un contexto completamente nuevo (el mar, una montaña, un olor desconocido...) tú eres su referente.
¿Y cómo actúa un líder? Un líder acompaña, sin solucionarte las cosas ni sobreprotegerte, pero exponiéndote solo a aquellas experiencias para los que tienes herramientas y estás preparado. En otras palabras, ni sobreproteger ni evitar intervenir cuando sea necesario: es común creer que, nuestro perro, solo por ser perro, puede gestionar cualquier imprevisto que se le ponga por delante, y no siempre es así.