Una de las situaciones más difíciles que debemos enfrentar las familias que convivimos con perros es algún episodio puntual en el que dos perros se pelean. Por regla general, no sabemos cómo reaccionar ni qué hacer cuando un perro muerde a otro perro y nos quedamos paralizados.
Hasta cierto punto es normal, ya que, por suerte, la mayoría de los perros no suelen pelearse. El perro es un animal social que cuenta con recursos mucho más efectivos y menos arriesgados que luchar para resolver un conflicto. No obstante, esto no debe ser excusa para evitar aprender sobre cómo resolver un episodio conflictivo de agresión entre perros.
Comprender las intenciones
La mayoría de las veces, las episodios de agresión se dan por un problema comunicativo o un recurso en competencia (comida, juguetes, atención, etc.). No es habitual, no obstante, porque los perros cuentan con un enorme repertorio de señales de calma (desviar la mirada, olisquear, bostezar...) y advertencia (levantamiento de belfos, agazaparse, gruñir...) que evitan que la situación escale y aumente de nivel.
Aun así, hay perros que tienden a intentar resolver situaciones de tensión de forma más directa y otros que, incluso, que han aprendido a utilizar conductas que podemos tildar de agresivas para conseguir lo que buscan. Por ejemplo, es habitual que perros pequeños crean que tienen mayor control de la situación del que realmente tienen, porque las familias han intervenido para evitar males mayores en multitud de ocasiones.
Por lo tanto, es básico tener presente que, ante una pelea, siempre que sea posible, se interviene antes de que la cosa se pase de vueltas (supervisión) y nunca cuando ya se ha liado (reacción). Para esto, aprender a leer la comunicación de ambos perros (¿se están entendiendo el uno al otro?), la intensidad (¿está aumentando la tensión, se testean o, simplemente, juegan "a lo bruto"?) y el tipo de agresión (¿resuelven rápido o la situación sigue escalando?) es imprescindible para tomar una decisión u otra.
No hay una fórmulas secretas
Por desgracia, no hay fórmulas secretas, pero sí buenos consejos y métodos que funcionan mejor que otros.
- Evita gritar, ponerte nervioso o golpear a los perros: solo vas a añadir tensión a la situación y, en el caso de que suelten, los niveles de adrenalina van a llevar al perro a morder sin control.
- Espera siempre unos segundos antes de intervenir, ¡en el siguiente apartado verás por qué!
- Mantén la calma, y toma decisiones conscientes: con la cabeza fría. Vale más la pena perder 15 segundos que realizar acciones aleatorias estilo "prueba y error".
Mucho ruido y pocas nueces
Sin embargo, la mayor parte de las situaciones en la que dos perros se pelean se resuelven por sí mismas en pocos segundos. A menudo, debido al tamaño o la gestión del conflicto (el escándalo), podemos estar tentados a intervenir o a gestionar una disputa que será mejor que se resuelva entre los implicados.
No siempre es así, por descontado. Cuando la cosa se complica, sobre todo con perros potentes (no tienen por qué ser los mal llamados "PPP", sino cualquier perro de gran tamaño y mordida fuerte) puede ser momento de actuar de forma adecuada para evitar malas mayores.
Cuando la situación se complica
Muchos educadores hablan de gestionar y evitar, y esta debe ser siempre la primera opción. Si tu perro ha mostrado conductas agresivas, plantéate integrar correctamente el bozal hasta resolver la situación con un educador canino con experiencia.
Sin embargo, si la situación se complica, vamos a ver las tres opciones más habituales por las que optar. Ninguna de estas técnicas está exenta de riesgo, ni para los propietarios ni para los perros. Debe quedar claro que, ante una pelea entre perros, no existe una fórmula mágica que permita separarlos sin riesgo.
Usar un break stick o un palo
El break stick es una herramienta de uso profesional que nos permite hacer palanca para incomodar y obligar al perro a abrir la boca. Las principales dificultades de usar un break stick (o un palo de proporciones adecuadas, si no dispones de la herramienta) es que la cabeza del perro deberá estar relativamente inmóvil y que podemos llegar a dañar la boca del animal (dientes y encías).
Levantar las patas traseras
Como opción alternativa, y siempre que os pongáis de acuerdo entre dos personas, podéis levantar las patas traseras de ambos perros (o la del perro agresor, si hay una gran diferencia de tamaño y potencia física) y hacer que pierdan el equilibrio. Una vez hecho, asegúrate de que no sigue apresando al otro perro y caminad hacia atrás rápido.
Aquí hay varios contras:
- Es importantísimo asegurarse de que ningún perro tiene apresado al otro para evitar desgarros
- Hay riesgo: el perro puede girarse y redirigir el mordisco hacia nosotros (en su estado emocional, no va a distinguir amigo de enemigo), por eso es importante llevarlo como una "carretilla hacia atrás", a toda la velocidad que puedas y durante una distancia prudencial
Cortar el flujo de aire con un cinturón
Todos solemos llevar un cinturón o poder obtener uno con relativa facilidad (en un parque, de un acompañante, etc.). Como última opción, ante una pelea que escala podemos deslizar un cinturón por el cuello del animal y cerrarle la vía aérea. Para ello, tendremos que situarlo en la parte alta del cuello (donde la cabeza y el cuello se juntan) y hacer presión sostenida hasta que suelte, asegurándonos de dejar al perro respirar a continuación.
Tanto la opción de levantar las patas traseras como la de cortar el flujo del aire con un cinturón deberán analizarse in situ. Si hay un claro agresor, como te imaginas, no tiene sentido tratar de inmovilizar a ambos animales, pero tampoco será nunca tan sencillo como llevar a cabo los pasos siguiendo una lista por puntos.
Cuando dos perros se pelean de verdad, los niveles de adrenalina —la hormona que prepara al perro para luchar o huir: fight or flight, en inglés— y cortisol estarán por las nubes. Han entrado en una situación límite en la que todo su cuerpo está trabajando para focalizarse en la pelea. Por esto, debemos leer estas tres soluciones como extremas e innecesarias en la mayoría de enfrentamientos entre perros equilibrados.
Otras opciones que puedes plantearte
- A menudo, se recomienda también utilizar agua a presión en la boca de los perros (si debe tragar, no puede morder) o tirarles ropa encima. Son estrategias que, durante una pelea, son tan complicadas de llevar a cabo como nos puede parecer, si bien la primera puede ser útil con perros de presa.
- Otra opción comercial habitual son los espráis de defensa que pueden incapacitar a perros, teniendo en cuenta dos cosas: deben plantearse como el último recurso y, sobre todo, hay que ser conscientes de que se aumentará la conflictividad y el peso que tendrá esa experiencia muy negativa. Efectivos son, desde luego.
- Remedios caseros que solo voy a mencionar, como intentar "meter un dedo en el ano" o tirar una toalla o una pieza de ropa por encima no valen la pena; son peligrosos, poco funcionales o inadecuados en una situación grave; por otro lado, se vuelven innecesarios en el resto de las situaciones.
En resumen, debe quedar muy claro que estas técnicas son la última opción de los propietarios, siempre hay que ser consciente de los riesgos hacia nuestra salud y la de nuestro perro y que una buena supervisión nos evitará situaciones angustiosas de este estilo. Si tu perro se pelea a menudo no es normal y deberías buscar ayuda profesional.