Puede no ser siempre así, pero las familias que convivimos con perros mestizos no solemos tener un interés particular en la raza. Los perros mestizos suelen ser más sanos, debido a la variabilidad genética, y contar con una apariencia única.
A veces, su aspecto o los rasgos de carácter ya nos dan muchas pistas de cuáles eran las razas de los padres, pero otras puede ser complicado saberlo. En cualquier caso ¿por qué nos puede interesar saber las razas más allá del pedigrí? Principalmente, para prevenir problemas de salud, reconducir instintos y ofrecer una educación personalizada, aunque quizá también sacie un poco tu curiosidad, que no está de más.
La gran diferencia entre un perro mestizo y uno de raza
Empecemos por algo que nos ayudará a entender por qué te interesa saber qué razas viven dentro de tu perro.
Las razas de perro vienen de una selección genética concreta. El objetivo es encontrar patrones de comportamiento y características muy similares: a través de la elección, se pueden escoger perros para trabajos específicos de pastoreo, guarda o defensa, por ejemplo. En cambio, la selección por criterios estéticos es relativamente novedosa y no está exenta de críticas, pues ha derivado en razas con graves problemas de salud, como los bulldog, los carlinos o los perros "toy".
Los perros mestizos no cuentan con esas restricciones genéticas (por ejemplo, para criar pastores alemanes, debemos realizar cruces con una selección mucho más estricta), por lo que se ha relacionado esto con un mejor estado de salud y menos enfermedades hereditarias.
Además, su coste es mucho menor, puesto que suelen encontrarse en protectoras y su predisposición para un adiestramiento básico suele ser mejor. Como contrapartida, al estar cruzados, no podemos saber qué comportamientos concretos tendrá nuestro mestizo.
Las ventajas de conocer la ascendencia
El carácter de un perro mestizo suele ser una combinación del de sus ancestros, así un cruce de pastor alemán con border collie tendrá unas características muy distintas al de un yorkshire terrier y un bulldog.
Saciar instintos
Cuando queramos saber qué razas se han cruzado para obtener a nuestro perro mestizo, deberemos fijarnos en la apariencia y tamaño: sobre todo, en la forma de la cabeza, las orejas y hocico, también puede ayudarnos valorar el tipo de pelo y, si tenemos ciertos conocimientos de etología canina, el carácter y los instintos más desarrollados en el perro: perseguir objetos, llevar cosas en la boca, acechar o pastorear pueden ser buenos indicativos.
Nuestro objetivo debe ser siempre confirmar nuestra visión para ofrecer una rutina equilibrada. Así, un perro pastor agradecerá que incluyamos ejercicios de obediencia o deportes como el agility o el herding (pastoreo), mientras que un cruce de border collie puede disfrutar mucho del flyball, el discdog o el aprendizaje de habilidades. Esto es especialmente importante en mestizos con mucha potencia de mordida: si no le damos una rutina apropiada, pueden morder cosas que no deberían.
Poder enseñarle mejor
Si bien los mestizos suelen estar más predispuestos a los aprendizajes básicos, puede ser que las mezclas entre razas den a perros muy tercos, movidos o poco activos. Si es así, conocer el cruce de razas nos puede ayudar para motivar mejor a estos animales.
De este modo, un cruce de beagle o basset hound puede disfrutar habilidades de olfato y, a su vez, estas nos pueden servir para crear una rutina de entrenamiento; lo mismo con perros con mucho instinto de presa, cobro o caza (persecución).
Todo lo anterior, también es aplicable a las pautas educativas: así, perros molosos (dogos, mastines, casi todos los que inclueyen la palabra bull en la raza) aunque por regla general sean más tercos, también suelen entender las estructuras de un modo más cuadriculado; por el contrario, un pastor belga o un border collie, aunque lo entiendan más rápido, es posible que nos busquen los tres (o los siete) pies al gato antes de "aceptar un límite". Conocer las razas de las que ha nacido tu compañero mestizo te ayudará a llevar esto mucho mejor.
Enfermedades hereditarias y problemas genéticos
Por último, aunque los mestizos suelan tener mejor salud, es posible encontrar enfermedades hereditarias presentes en sus progenitores. En estos casos, un test genético es una buena forma de salir de dudas: descartando problemas genéticos y conociendo, de forma exacta, de qué razas eran los ancestros de tu compañero peludo.
Aun así, el veterinario Manuel Lázaro, hablando sobre tests genéticos, para 20minutos afirmaba: "lo que obtenemos son un informe de probabilidades, que no de certezas, respecto a padecer una determinada enfermedad".
Sin embargo, también señala que lo mejor es que sea el veterinario quien extraiga la muestra de saliva y remita el test a laboratorio. Una opción económica e interesante, si queremos saber algo más de nuestros perros, equilibrar sus rutinas diarias y, de paso, descartar posibles patologías, donde la prevención será todavía más importante.